Aumenta la población de bisontes europeos en el Cáucaso

El bisonte europeo es el animal mamífero terrestre más grande de Europa. Fuente: Natàlia Boronat Rovira

El bisonte europeo es el animal mamífero terrestre más grande de Europa. Fuente: Natàlia Boronat Rovira

Originalmente habitaba las cordilleras desde la Península Ibérica hasta Rusia, incluyendo las montañas del Cáucaso e incluso Irán y actualmente se encuentra en peligro de extinción. En Rusia recientemente se ha iniciado un programa de colaboración entre la organización World Wildlife Fond de Rusia (WWF) y la empresa Northern Caucasus Resorts (KSK por sus siglas en ruso) para aumentar la población de este animal de la familia de los bovidae en la cordillera del Cáucaso.

La expansión de la agricultura, la tala de los bosques y la cría de animales domésticos contribuyeron a que la población del único toro salvaje del continente europeo disminuyera. Además, durante las épocas de guerras fueron masacrados para obtener alimentos y con la Primera Guerra Mundial desaparecieron las últimas manadas que vivían en libertad en el continente, conservándose la especie gracias a los que vivían en cautiverio en zoológicos o en un régimen de semi-libertad.

Los especialistas soviéticos empezaron a preocuparse por restablecer la población de bisontes europeos a finales de los años 1940 cuando crearon dos criaderos en las reservas naturales de Oksk y Prioksk-Terrasni y en los años 50 y 60  se realizaron programas para reintroducir este animal.

Según datos de WWF, en el año 1991 en el territorio de la Unión Soviética existían 24 manadas salvajes de bisontes con un total de unas 1.500 cabezas. Las dificultades económicas que sufrió la población rusa a principios de los años 90, dejaron su huella en la población de bisontes europeos. A causa de la caza furtiva el número de cabezas se redujo a 185. Desde el 1996 WWF Rusia, con el apoyo de WWF Alemania, lleva a cabo un programa para restablecer la población de bisontes en libertad.

 En cuanto a la región del Cáucaso, Ígor Chestin, director de WWF Rusia, cuenta que “los bisontes europeos habitaban desde la costa del Mar Negro hasta la actual Chechenia pero fueron aniquilados y en los años 20 acabaron desapareciendo” y “a principios de los años 60 se reintrodujo un híbrido de bisonte europeo y bisonte americano”.

El 7 de octubre pasado en la Reserva estatal natural de la biosfera de Teberda, en la república de Karacháyevo Cherkesia se finalizó la puesta en libertad de un total de ocho bisontes europeos procedentes del criadero de Oksk, que se sumaron a la manada de 13 cabezas que vive en este parque natural. Previamente se habían dejado en libertad diez bisontes en el parque Tseiski, en Osetia del Norte, donde ya habitaban 40 cabezas.

Los dos programas fueron posibles gracias a la colaboración entre WWF y Northern Caucasus Resorts,  una corporación estatal rusa que planea crear con capital público y privado un total de siete u ocho modernos complejos turísticos  para desarrollar el turismo de montaña  (y en un caso, en la república de Daguestán, también el de playa) en el Cáucaso Norte. Precisamente el complejo turístico cuya construcción está más avanzada y se prevé que se empiece a explotar en el 2013 es el de Arjiz, en Karacháyevo-Cherkesia, cerca de la reserva Teberdá.

Fuente: Natàlia Boronat Rovira

Tras la puesta en libertad de los bisontes, el director de WWF en Rusia y el presidente del consejo de dirección de KSK firmaron un acuerdo de cooperación en la esfera de conservación de la naturaleza. Chestin auguraba un buen trabajo entre ambas organizaciones porque “primero hemos dejado en libertad a los bisontes y después hemos firmado el acuerdo de colaboración”.

El acuerdo entre WWF y KSK prevé  la colaboración para desarrollar el sistema de territorios con protección especial, la recuperación de la población de bisontes europeos en el Cáucaso, el desarrollo del turismo ecológico para que, entre otros, la gente pueda ver animales que no existen en Europa occidental, así como tratar todas las cuestiones que vayan surgiendo durante la construcción de los complejos turísticos.

Bilalov reiteró el compromiso de su empresa “a que el desarrollo de los resorts sea ecológico” y prometió “seguir todas las recomendaciones de WWF”. El próximo programa concreto podría ser la recuperación de la ruta de turismo de montaña popular en tiempos soviéticos entre Arjiz (en Karacháyevo Cherkesia) y Sochi (Krasnodarski Krai), así como distintos proyectos de educación ambiental.

La presencia de formaciones armadas ilegales, que oficialmente luchan por la creación de un Emirato islámico en el sur de Rusia pero tras las que a menudo se esconden otros intereses económicos,  y las operaciones antiterroristas que se llevan a cabo han desestabilizado el Cáucaso Norte, sobretodo las repúblicas de Chechenia, Daguestán, Ingushetia y Kabardino Balkaria.

Los escépticos creen que el macroproyecto turístico es inviable porque la inestabilidad de la zona asusta a los inversores y a los turistas pero las  autoridades rusas y KSK están convencidos que la creación del clúster turístico, que se sumará a las estaciones de esquí ya existentes, será un gran impulso económico para la región y contribuirá a que la población no se afilie a las bandas terroristas. Según Bilalov se crearán unos 100.000 puestos de empleo directos y hasta 300.000 indirectos. 

Maria Vinokurova, secretaria de prensa de WWF Rusia, considera que el turismo en el Cáucaso es la mejor alternativa para desarrollar la región pero que éste tiene que respetar la gran riqueza natural de la zona donde, por ejemplo, se encuentra el monte Elbrus, que con sus 5642 metros es la montaña más alta de Europa.

En este sentido, Vinokúrova destaca que su organización está satisfecha “que en los acuerdos con KSK haya una cláusula que permita que nos critiquemos mutuamente” y confía que el desarrollo del nuevo clúster turístico sea más sostenible que las obras que se han realizado en Krásnaya Poliana, en Krasnodarsk, que se prepara para acoger las Olimpiadas de invierno del 2014.

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