Motores de crecimiento para Rusia

Expertos del Club Valdái se reúnen en San Petersburgo para dialogar acerca del futuro económico del país. Fuente: AntonDenisov / RIA

Expertos del Club Valdái se reúnen en San Petersburgo para dialogar acerca del futuro económico del país. Fuente: AntonDenisov / RIA

¿Qué futuro económico le espera a Rusia en el 2030? Esta cuestión se debatió ampliamente en la reunión internacional del Club Valdái, que reúne a importantes expertos rusos y extranjeros, celebrada en San Petersburgo.

Varios profesores europeos insistieron en la aparición en las próximas décadas de un gobierno mundial. Esta estructura, a su juicio, se hará cargo del bienestar general y ajustará las cuestiones económicas. En particular, aspectos como el precio del petróleo.

Sin embargo, la mayoría de los economistas que participaron en el foro de San Petersburgo no consideraron la creación de un gobierno mundial. Estas previsiones se basan en varios escenarios que tienen en cuenta dos indicadores prioritarios: los precios del petróleo y el ritmo de la realización de las reformas.

El grupo de discusión Valdái reúne a expertos internacionales en historia, economía, política y relaciones internacionales. Su objetivo es promover un diálogo global sobre Rusia y aportar una visión académica, independiente y rigurosa sobre los procesos que tienen lugar en el país y en el mundo.

El club se creó en 2004 con la participación de RIA Novosti, The Moscow News y Rusia Profile, entre otros. El nombre proviene del lago situado cerca de Nóvgorod, ciudad donde se celebró la primera reunión.

 Además, los autores del informe no tuvieron en cuenta una 'situación alarmista', es decir, una nueva guerra mundial o una catástrofe climática, cuando el precio del barril de petróleo caiga por debajo de los 80 dólares. Los expertos se inclinaron por cifras más realistas ante las tendencias actuales de la economía mundial: 94 dólares por barril en el peor de los casos, y 140 ante un pronóstico optimista.

De manera esquemática, se sugirieron cuatro escenarios para el desarrollo económico de Rusia hasta el 2030. El primero, que recibió el nombre de 'Sanguíneo', proponía la realización en el país de profundas reformas integrales, ante unos precios del petróleo más favorables. En este caso, las tasas de crecimiento económico en Rusia superarán las mundiales y el nivel de vida de la población, hacia el año 2030, alcanzará el de la  Suiza actual.

El escenario más pesimista se dio en llamar, 'Melancólico', cuando ante los bajos precios de la energía, las autoridades rusas se niegan a reformar. En este caso, según lo predicho por los expertos, el crecimiento de la economía rusa sería ligeramente inferior al promedio mundial, y la proporción del Producto Interno Bruto de Rusia en la economía global se mantendría en el nivel actual (2,6%). Al mismo tiempo, los ingresos de la población serán aproximadamente los mismos que en la actual República Checa.

Sin embargo, se plantearon otros dos posibles escenarios, denominados 'Flemático' y 'Colérico'. En el primer caso, ante un costo relativamente bajo de los precios del petróleo de 94 dólares por barril, las autoridades llevarán a cabo reformas activamente. En el segundo, ante precios altos de 140 dólares por barril, las reformas o bien no se llevarán a cabo, o serán de carácter local.

El nivel de vida de la población para el 2030, correspondería con el actual en Francia. Según los economistas, el escenario 'Flemático' parece preferible, ya que permite un mayor crecimiento económico que el 'Colérico'.

“Las conversaciones sobre política económica son inútiles hasta que no decidamos qué construir. No se ha definido todavía la estrategia de desarrollo del país”, considera un miembro del Consejo Asesor de Valdái, decano de la Facultad de Economía y Política Mundial de la Escuela Superior de Economía, Serguéi Karagánov.

La demanda de reformas por parte de la sociedad aparece en los resultados de las investigaciones sociológicas. Estas muestran que el 68% de los rusos con ingresos por encima del promedio quiere que sus hijos estudien y trabajen en el extranjero, y el 37% desea que sus hijos vivan continuamente fuera del país.

Los sociólogos establecen un descontento latente entre la clase media culta, y entre las clases más bajas de la población,  aunque los motivos de protesta divergen. Con el fin de evitar el estancamiento y la "desintelectualización" de la vida social, lo que llevaría a una gran emigración de jóvenes con talento, el gobierno tiene la labor de ofrecer en los próximos años a la sociedad nuevos objetivos positivos, y demostrar que se dirige hacia ellos.

Durante el debate, muchos expertos criticaron la debilidad, y a veces la falta de instituciones efectivas en Rusia, el bajo coste en la innovación y la falta de incentivos para que las empresas inviertan en su país.

 

En este sentido, los participantes del club Vladái invitaron a las autoridades a realizar una reforma institucional (judicial, fiscal y política). Aunque también hay otros motores de desarrollo.

 

El asesor presidencial, el economista Serguéi Glaziev aportó cifras que demuestran las posibilidades de la Unión Económica Euroasiática, que incluye además de Rusia, a Bielorrusia y Kazajistán, en calidad de 'motores de crecimiento' del país. Según él, los programas generales de cooperación dentro de esta organización durante 10 años pueden ofrecer un aumento del PIB del 10-15 % para los participantes del proyecto.

Esto aumentaría la tasa de crecimiento de la economía rusa a un 7-8 % al año, y atraería a los inversores nacionales, que hoy en día llevan su dinero a paraísos fiscales. Glaziev considera una situación anormal que Rusia sea el único estado sin "ningún acuerdo con paraísos fiscales sobre el intercambio de información fiscal".

Según opinión de los miembros del club, otro factor de crecimiento capaz de compensar parcialmente la lenta implementación de las reformas puede ser el aprovechamiento de las ventajas competitivas de Rusia.

En primer lugar, sus oportunidades de inversión en Siberia y en el Lejano Oriente, donde la inversión en los distintos proyectos orientados hacia el mercado asiático, son capaces de garantizar un acelerado crecimiento económico de las regiones. El país, como antes, seguirá teniendo que elegir entre Europa y Asia. Europa dicta sus normas a los proveedores de energía, pero parece un socio predecible. Mientras que en Asia hay pocas reglas generales, pero una gran cantidad de características nacionales y por ahora solo se van formando posibilidades de infraestructura para el negocio ruso.

Estos motores de crecimiento adicionales ayudarán a que aparezca un escenario 'Flemático' hacia el 2030, incluso en el caso de que la implementación de reformas en el país no sea tan profunda y amplia como proponían los expertos del club Valdái.

 

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