Polémica ley sobre las ofensas religiosas

Los diputados consideran que la pena máxima actual (1.000 rublos, unos 32 dólares) por ofensa a los sentimientos religiosos es demasiado poco severa. Fuente: ITAR-TASS.

Los diputados consideran que la pena máxima actual (1.000 rublos, unos 32 dólares) por ofensa a los sentimientos religiosos es demasiado poco severa. Fuente: ITAR-TASS.

El 25 de septiembre la Duma estatal inició los trabajos sobre un proyecto de ley titulado "Sobre los sentimientos religiosos de los ciudadanos de la Federación De Rusia". El documento ha sido presentado por una iniciativa en la que han entrado representantes de todos los grupos parlamentarios. Los diputados están convencidos de que en Rusia es necesario endurecer las condenas por las ofensas a los creyentes. Al valorar la situación los expertos no son tan unánimes.

Yaroslav Nilov, director del Comité de la Duma para asuntos de agrupaciones sociales y organizaciones religiosas, explica la necesidad de endurecer la legislación en este ámbito con el argumento de que, en los últimos tiempos, han tenido lugar algunos hechos de resonancia con connotaciones religiosas. El diputado señaló no solo la 'oración punk' de las Pussy Riot, sino otras acciones contra los miembros de diferentes confesiones.

"Ha habido profanación de iconos en diferentes ciudades del país, han pintado esvásticas, símbolos satánicos y de todo tipo en iglesias y sinagogas. Ha habido casos de tremendos atentados terroristas en Daguestán y Tatarstán en los cuales han resultado heridos y han muerto líderes espirituales musulmanes. En Krasnodar se quemó una iglesia de madera, en Moscú se derribó una casa de oración de la iglesia protestante... Es un desafío a la tranquilidad del país y debemos responder a tiempo", dijo Nilov, enumerando los ejemplos de incidentes antirreligiosos.

Los diputados consideran que la pena máxima actual (1.000 rublos, unos 32 dólares) por ofensa a los sentimientos religiosos es demasiado poco severa. Las enmiendas propuestas prevén una pena de cárcel de hasta cinco años por profanación de un santuario, 400 horas de trabajos obligatorios o una multa de 500.000 rublos (unos 16.000 dólares). Aquellos que ofendan los sentimientos de los creyentes pueden llegar a pagar con una multa de 300.000 rublos, 200 horas de trabajos o tres años de cárcel.

"La ofensa de los sentimientos de los creyentes es una acción muy peligrosa"

Los representantes de las principales confesiones religiosas apoyan la iniciativa de los diputados. En opinión del representante oficial de la Iglesia ortodoxa rusa, Vsevolod Chaplin, está en juego la seguridad del país. 

"Al igual que la ofensa al suelo patrio, la profanación de objetos venerados por los creyentes o la ofensa de los sentimientos religiosos, son acciones muy peligrosas en el mundo actual.  Como ya sabemos, han llevado en la historia a conflictos que pueden terminar en derramamiento de sangre y provocan el enfrentamiento entre una importante cantidad de personas", avisa el sacerdote.

Por su parte, los representantes del islam ponen el acento en la seguridad nacional. Más concretamente, su aprobación viene provocada por la intención del gobierno de conseguir la prohibición de la publicación en el país de la película 'La inocencia de los musulmanes'. "Es muy importante que el gobierno comprenda los sentimientos de su sociedad, de su pueblo. En aquellos países en los que los funcionarios estatales no han reaccionado a tiempo cuando la gente no ha encontrado la compresión y el apoyo por parte del gobierno, ha salido a la calle con la oposición", pone como ejemplo el muftí de Moscú, Albir Krganov. El vicepresidente del Consejo de Muftíes, Rushán Abbiasov, está de acuerdo, "hay que aprobar estas leyes para que la persona que tenga intención de ofender a los creyentes, piense en las consecuencias que va a sufrir". 

La Federación de comunidades hebreas de Rusia ha declarado oficialmente su apoyo a los diputados. "Es muy importante reforzar la responsabilidad por la ofensa de los sentimientos religiosos de la gente, especialmente teniendo en cuenta esas campañas anticlericales que se están realizando ahora en diferentes países del mundo. Ya vemos a donde llevan", declaró el presidente de la organización Alexánder Boroda al corresponsal de Interfax-Religuia.

"No es más que censura"

Por otro lado, sería una exageración decir que la iniciativa de los diputados ha sido recibida benévolamente por toda la sociedad. En opinión de la socióloga y docente de la Escuela Superior de Economía, Liuba Borusiak, la propuesta de ley de los diputados deja abierta muchas puertas al abuso.

"Una ley como esta, por definición, no puede ser universal. Tenemos un delito y una condena asociada al mismo. Sin embargo, el delito se puede elegir, siempre se basará en una cierta arbitrariedad, porque es imposible describir en la ley las acciones que se consideran delito. Y si es imposible describirlas significa que, en caso de necesidad, se puede utilizar todo lo que se quiera", declaró Borusiak en una entrevista a BBC Russia.

Como opina el articulista de la cadena Kommersant FM, Konstantín Eggert,  los actuales presupuestos de la legislación vigente son más que suficientes para defender a los creyentes. "Cualquier intento de aprobar nuevas leyes no será más que un intento de introducir una censura que no será aceptada por una considerable parte de la sociedad y que finalmente golpeará a la misma iglesia", opina.

La iniciativa de la Duma ha provocado también la intranquilidad de algunos representantes de las confesiones mayoritarias. El rabino Michael Edvabni comparte los temores expresados por Eggert. "El Código Penal ya prevé responsabilidad por la incitación al odio entre religiones y entre nacionalidades, así como la responsabilidad por vandalismo motivado por odio religioso o nacional. El articulo propuesto sobre la ofensa de los sentimientos religiosos, a diferencia de estos, se encuentra peligrosamente cerca del concepto de libertad de expresión", afirma el rabino.

El vicerrector de la Academia Espiritual Ortodoxa de Moscú, el arcipreste Pável Velikanov, no oculta sus dudas en relación a la nueva ley. "Me causa intranquilidad que una persona que se posiciona como creyente reciba un cierto estatus de excepción en relación a otra persona. No puedo comprender  por qué el estatus de una persona que no se declara religiosa, tiene que ser inferior al de una persona religiosa que necesita una defensa especial", dice perplejo el sacerdote.  

Este material ha sido redactado en base a publicaciones de RIA Novosti,  Kommersant y la revista 'Pravoslavie i mir'. 

Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies