Especular con el precio del petróleo y los alimentos en tiempos de crisis

El incremento del precio del crudo fue muy significativo. Fuente: Mijail Mordasov

El incremento del precio del crudo fue muy significativo. Fuente: Mijail Mordasov

El principal acontecimiento económico de agosto para Rusia fue el incremento significativo de los precios mundiales del petróleo. El mes empezó con el precio del barril de petróleo Brent del Mar del Norte a 104 dólares y el 29 de agosto se pagaba a más de 112. Como comparación, se puede recordar que en junio de este mismo año llegó a bajar hasta 89 dólares el barril.

El incremento del precio del crudo fue tan significativo que los ministros de finanzas de los países del G7 el 28 de agosto emitieron una declaración especial. En el texto señalaban: “Los precios mundiales del petróleo actuales reflejan un riesgo geopolítico y unas determinadas irregularidades en los suministros. Hacemos un llamamiento a los países productores de petróleo a incrementar la producción para satisfacer la demanda mundial. Reconocemos el peligro que representa para la economía mundial que los precios del petróleo vayan aumentando. Estamos dispuestos a dirigirnos a la Agencia Internacional de la Energía con la petición de que tome las medidas necesarias para que el mercado mundial se abastezca de petróleo en su totalidad y a tiempo”.

Se trata de que la Agencia Internacional de la Energía, una organización de países importadores de petróleo que se creó para ejercer de contrapeso a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y engloba las reservas de petróleo de emergencia de estos estados, y espera que lance el mercado una parte de estas reservas.

Los actores en el mercado petrolero internacional y los analistas ya han anunciado que la organización planea llevar a cabo esta operación en breve. La posición de Estados Unidos ha jugado un papel importante en este propósito ya que Washington dio a entender que en cualquier caso lanzarían al mercadoal menos 60 millones de barriles (los que las autoridades norteamericanas ya lanzaron al mercado el año pasado para frenar el incremento de los precios).

Como es habitual, en agosto los especuladores de futuros del petróleo se animaron y utilizaron cualquier  pretexto para incrementar los precios. Por un lado, especularon con el hecho de que los suministros al mercado mundial ya se habían reducido y que todavía se podrían reducir más en un futuro.

No solo a causa del embargo europeo a la compra de petróleo iraní y la posibilidad de que la situación alrededor del programa nuclear del país persa todavía se deteriore más,sino también por las condiciones climáticas estacionales. En el golfo de México ha empezado la temporada de huracanes y hay amenazas constantes a la extracción en las plataformas de perforación de alta mar.

Por otro lado, se espera que los esfuerzos de la Reservas Federal de EE UU y del Banco Central Europeo para inyectar dinero en la economía finalmente permitirían, de alguna forma, superar el descenso de producción en EE UU y los países de la eurozona. Entonces la demanda de petróleo crecerá y éste podría resultar insuficiente.

Especular con el precio de los alimentos

Llama la atención que los especuladores no jueguen sólo con el incremento de los precios de los futuros del petróleo sino también lo hagan con los precios de los futuros de los productos alimentarios. Desde mediados de junio hasta mediados de agosto los precios mundiales del trigo han crecido en más de un 50% y los del maíz en más de un 45%. En cuanto a la soja los precios han crecido un 30% en dos meses y desde principios de año casi en un 60%.

Los jugadores en el mercado alimenticio mundial, al acaparar los futuros de los suministros de trigo, maíz y legumbres, al igual que en el caso del petróleo, se remiten a circunstancias objetivas. Dicen que en la zona del medio oeste estadounidense la cosecha de grano ha descendido significativamente a causa de la sequía, que también ha perjudicado la cosecha en Rusia, Kazajistán y Ucrania.

En Europa la recolección de grano se ha reducido a causa de un atípico tiempo húmedo, mientras que en la India la causa ha sido que la estación de los monzones ha empezado más tarde. O sea, al final la comida en el mundo podría ser insuficiente.

Al parecer, mientras se habla de una segunda ola de la crisis, los especuladores no tienen ganas de invertir dinero en instrumentos financieros como las acciones norteamericanas o europeas, por no hablar ya de las obligaciones de los países de la eurozona o de la moneda única europea. Mientras tanto, hay que invertir en alguna parte. Los especuladores lo invierten en los futuros del petróleo y de los productos alimentarios. 

Además, parten de una consideración tan simple como que las acciones pueden llegar a resultar inútiles en algún momento, en cambio la comida y la gasolina serán necesarias en cualquier caso.

La situación recuerda a la que se formó en julio del 2008. Entonces las expectativas de una crisis financiera mundial desencadenaron, de forma paradójica, el incremento de precios en la producción alimentaria y en el petróleo.

El aumento del interés por la producción alimentaria, en cierta medida, se debió a los altos precios del petróleo. Los especuladores supusieron que los precios no podían crecer más, hasta 147 dólares el barril, precio que había alcanzado en julio del 2008, y que incluso no llegarían a este precio, así que vieron que era un buen momento para pasarse al trigo o las legumbres, cuyos futuros son relativamente baratos mientras que sus precios tienen un buen potencial de crecimiento.

Sin embargo, cuando en junio el petróleo se abarató de forma considerable, los especuladores de nuevo vieron que los futuros del petróleo eran atractivos desde el punto de vista del potencial de crecimiento y en agosto los acapararon activamente.

Por lo que respecta a la economía rusa, el encarecimiento del petróleo, como es habitual, resultó ser una buena noticia. Independientemente de las consideraciones de los especuladores para motivar esta subida de precios.

En circunstancias de crisis financiera global, los inversores extranjeros normalmente retiran su dinero en primer lugar de los países en vías de desarrollo, ya que consideran que la inversión en estos mercados financieros es especialmente arriesgada.

Sin embargo, consideran que Rusia es un país en vías de desarrollo pero su caso es especial porque de todas formas se trata del país del mundo que más petróleo extrae. Y mientras los precios mundiales del petróleo aumenten y  las  circunstancias de la crisis se mantengan, Rusia ofrece una ventaja especial para los inversores y especuladores respeto a otros países.

Artículo en versión reducida, publicado originalmente en ruso en Vlast.

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