Principio y fin de las Pussy Riot

Nadezhda Tolokónnikova es llevada esposada al juicio. Fuente: RIA Novosti / Andréi Stenin.

Nadezhda Tolokónnikova es llevada esposada al juicio. Fuente: RIA Novosti / Andréi Stenin.

Como si del eco se tratara, el número de personas que creen escuchar el galope de los caballos del Zar se ha multiplicado durante las últimas semanas. Incluso algunos ven al mismo Zar cabalgar tras ellos, aunque no se ponen de acuerdo sobre si es Putin, Dios o la Revolución la que levanta polvo y establece crímenes y castigos.

Los adjetivos, links y declaraciones a favor y en contra se suceden a ritmo de twit dentro y fuera del país. ¿Pero qué hay detrás de tanto ruido? Dos cosas parecen claras: que una de las 'intervenciones artísticas' del grupo Pussy Riot ha tenido más repercusión que doce años de actividad de líderes opositores tradicionales como Borís Nemtsov, Grigori Yavlinski o Mijaíl Kasianov. Dos, que para entender lo acontecido es relevante tener en cuenta el espíritu de los tiempos (el Zeitgeist dentro y fuera de Rusia).

Las voces críticas presentan la sentencia contra las tres activistas que cantaron consignas políticas en una catedral de Moscú como “medieval”, mientras que desde en el Kremlin aseguran que han desacreditado a Rusia en el exterior, herido los sentimientos de millones de fieles dentro del país y que en los países islámicos (de la llamada primavera árabe) serían castigadas de forma aun más severa.

Nadezhda Tolokónnikova, fundadora del grupo Pussy Riot, aseguró recientemente que “el arte también es político. Nosotras no entendemos que un artista reflexione sobre la sociedad pero se considere apolítico”. ¿Pero de dónde han salido estas tres chicas? Hagamos un poco de arqueología del evento.

A comienzos de 2006 fue creado el movimiento artístico-anarquista Voiná (guerra, en ruso) por Oleg Vorotnikov y su mujer Natalia Sókol. Tanto Tolokonnikova como su marido Piotr Verzilov se sumaron al proyecto de forma activa.

En 2009 Vorotnikov y Verzilov son invitados a organizar juntos una exposición en la bienal de arte de Berlín. Unos meses más tarde Vorotnikov acusa a Verzilov de ser un infiltrado de la policía. Verzilov es expulsado del grupo por utilizar la cuenta de Twitter del grupo para amenazar a Vladímir Putin, lo que podía acarrear una persecución penal.

A mediados de 2011 las autoridades rusas lanzan una orden de arresto internacional contra Oleg Vorotnikov por desobediencia civil, mientras que el ministerio de cultura ruso otorga a Voiná el premio a la innovación artística por su intervención en San Petersburgo, dibujando un falo sobre el puente de Liteini prospekt antes de que se elevara sobre el Neva. Varios medios internacionales se hacen eco de las intervenciones del grupo (volcar coches policía, organizar orgías en museos o proyectar calaveras en edificios del gobierno) y el artista británico Banksy dona a Voina casi cien mil euros, tras la detención y encarcelamiento de varios de sus miembros.

Surge Pussy Riot

A finales de 2011 se establece el grupo Pussy Riot y tres de sus fundadoras conceden su primera entrevista, en la que aseguran que “este país [Rusia] necesita un movimiento feminista y punk, una banda callejera que va a intervenir en las calles y plazas de Moscú, movilizando la energía contra los malvados ladrones del putinismo, además de enriquecer la oposición cultural y políticamente”.

Samutsévich, Tolokónnikova y Aliójina también explicaban el por qué de su nombre (Pussy Riot, significa algo como 'coño revueltas'): “El órgano sexual femenino, porque se supone que es permisivo y entregado, pero de repente comienza un rebelión radical contra el orden cultural que constantemente define y muestra cuál debe ser el lugar de la mujer”.

Tras actuar en el metro y en diversas calles del centro de Moscú, las Pussy Riot organizan el 4 de diciembre un concierto en el tejado de la cárcel donde está encerrado el activista Alexéi Navalni. El 20 de enero de 2012 actúan en la Plaza Roja, la policía las detiene y son multadas.

El 21 de febrero, cuatro miembros del grupo actúan en la catedral del Cristo salvador de Moscú, candando dos canciones: “Mierda bendita” y “Virgen, echa a Putin”

En marzo de 2012, justo antes de las elecciones presidenciales Aliójina y Tolokónnikova son detenidas acusadas de desobediencia civil e incitación al odio religioso. Once días más tarde también es detenida Samutsévich.

En abril Amnistía Internacional pide su liberación y las declara presas políticas. El 30 de julio comienza el polémico juicio. El 17 de agosto, la juez Marina Sirova las sentencia a dos años de cárcel (el fiscal había pedido tres).  

Entre tanto, Putin pidió públicamente que no se les condenara severamente, decenas de medios internacionales cubrieron el desarrollo del juicio y diversas figuras públicas manifestaron su apoyo a las tres detenidas.

¿Pero quiénes son las tres detenidas?

Nadezhda Tolokónnikova ha sido la más fotogénica y su imagen puño en alto con una camiseta en la que aparece escrito '¡No pasarán!' ha sido reproducida por los medios occidentales numerosas veces. Estudia último curso de filosofía en la Universidad Estatal de Moscú y tiene 22 años. En 2008 participó en un performance del grupo Voina, protestando contra la nominación de Dmitri Medvédev como presidente con una acción de sexo en  grupo en el Museo Zoológico de Moscú.

Ekaterina Samutsévich estudió fotografía en la escuela Rodchenko de Moscú. Tiene 30 años y dedica su tiempo en prisión a leer a Slavoj Zizek y Michel Foucault. Antes trabajó como programadora informática y estuvo empleada por el sector armamentístico ruso.

María Aliójna estudia periodismo. Tiene 24 años, es vegetariana y ha colaborado con Greenpeace Rusia y otras organizaciones humanitarias. Se considera cristiana pero critica el uso político de la iglesia. Admira a Joseph Brodsky.

Al final, Panta Rei, todo fluye, como dijo Heráclito. Dada la dimensión que ha tomado el asunto es difícil establecer los límites del activismo artístico en Rusia:

Este fin de semana fue perseguida una flash mob zombie en Omsk por incitar al odio religioso.

El mismo día de la sentencia el periódico británico The Guardian dio a conocer su último single: “Putin enciende las llamas”.  Agentes de la policía han informado que están buscando a las otras dos integrantes del grupo que escaparon el día de la actuación en la catedral.

También decenas de personas que expresaban su solidaridad con las Pussy Riot fueron encarceladas en Marsella. Las manifestantes incumplieron la ley que prohíbe el uso del hiyab y el burka en espacios públicos de Francia al cubrirse la cara con pasamontañas de colores.

Sólo tres miembros de Pussy Riot están en prisión. Piotr Verzilov se ha erigido como portavoz del grupo y asegura que aun quedan 20 activistas en el grupo.

En twitter: @fm_fronteraazul

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