Las causas de la inexplicable derrota en la Eurocopa

Aficionados rusos en un partido de su selección. Fuente: ITAR-TASS

Aficionados rusos en un partido de su selección. Fuente: ITAR-TASS

La gente en Rusia está todavía en un estado de shock por lo ocurrido con la selección. El seleccionador Advocaat apeló a la mala suerte, pero hubo otras razones por las que el equipo que alcanzara las semifinales en 2008 no fuera capaz de pasar la fase de grupos en este campeonato.

La selección rusa, que después de machacar en el partido al equipo checo por 4 a 1 muchos llegaron a  bautizar como el principal rival de España y Alemania, se ha ido del torneo tras una dramática caída ante los griegos en el tercer partido del grupo por 0 a 1. La simpática selección polaca, a la que los medios de comunicación y los aficionados más nacionalistas habían preparado para el partido de Rusia  como para una final, se fundió emocionalmente y también cayó en el decisivo partido contra los checos. Irónicamente, en los últimos segundos del partido el delantero polaco Lewandowski estuvo a punto de salvar a los agonizantes rusos, pero el checo Kadlec sacó el balón a portería vacía.


Tal y como ha terminado todo, la Unión de Fútbol Rusa tendrá que examinar como Rusia, objetivamente el equipo más fuerte de su grupo, y que pasó por encima de los checos y que había superado en juego y oportunidades a los rivales en sus otros dos partidos, termine abandonando el torneo. El mundo del fútbol y decenas de millones de aficionados están todavía en estado de shock por lo sucedido.


Podemos decir, como el seleccionador Dick Advocaat, que "sencillamente no fue nuestro día" y que la pelota no quiso entrar, como en el partido contra los polacos. Se puede justificar todo como una cadena de trágicas coincidencias. Pero, desgraciadamente, el colapso de los rusos era esperable.


Todo parece indicar que la principal causa de la catástrofe ha sido psicológica. Después de ganar brillantemente a los italianos en el partido preparatorio previo a la Eurocopa, a los checos con un amplio marcador y de hacerles un gol a los polacos en el primer tiempo, los jugadores de la selección rusa volaron mentalmente a las eliminatorias y no salieron al campo con la debida actitud en el segundo tiempo contra Polonia ni en todo el partido contra los griegos. Sin duda, este fue el principal error de la dirección de la selección, que se contagió de esa euforia y, junto con los jugadores, subestimó al contrario. Es incomprensible cómo ha podido suceder algo así con el equipo de mayor edad del campeonato, con unos futbolistas que no solo habían ganado el bronce en la Eurocopa de 2008 sino que habían conquistado la copa de la UEFA con en el CSKA en 2005 y con el Zenit en el 2008.


Además, Dick Advocaat cometió errores tácticos. Una vez más quedó en evidencia el viejo problema de la selección de la generación de Arshavin: la incapacidad para sacar resultados con la debida concentración contra equipos más débiles. Así podemos acordarnos de la derrota contra Israel por 1 a 2 en 2007, que tan solo por una feliz casualidad no dejó al equipo fuera de la Eurocopa de 2008, o de la derrota ante Eslovenia por 0 a 1, que dejó a Rusia sin ir al Mundial de 2010. Los rusos no han aprendido a superar a una defensa bien plantada sobre el terreno de juego, y los polacos y los griegos han sabido hábilmente aprovecharse de esta carencia.

El hecho de que en cada partido saliéramos con la misma formación e hiciéramos los mismos cambios también jugó a favor del contrario. La apuesta por los veteranos, los entrenamientos extremadamente laxos y la asombrosa monotonía táctica, han llevado a obtener unos resultados desoladores: en el segundo tiempo los veteranos estaban con la lengua fuera y comenzaron a caminar por el campo. El balón no entraba en la portería con el ataque de siempre y Dick Advocaat no fue capaz de proponer nuevas soluciones tácticas. Después de coger velocidad en el partido contra los checos, la selección pasó rápidamente a caer en algunos de sus viejos errores.


Dick Advocaat, como comunicó en vísperas del campeonato, dejará la selección rusa. También se irán en breve los veteranos de la generación de Arshavin, que ya están por encima de los 30 años y el mismo capitán. El reemplazo debería venir con la generación de Dzagoyev, que es el único, que a sus 22 años, juega a un alto nivel y por el que se interesan los principales clubes europeos.


A día de hoy es evidente que Rusia tiene que empezar a trabajar duro sobre sus errores para poder pasar de la fase de grupos en el Mundial que juega en casa en 2018. La selección necesita, no solo un entrenador extranjero de la categoría más alta con ambiciones y deseos de trabajar, sino una industria sólidamente construida en múltiples niveles que permita producir decenas de futbolistas de alto nivel en cada generación, como ocurre en Alemania y España. Las reformas en nuestra industria futbolística comenzaron en los años 2000, sin embargo, hasta que no se terminen adecuadamente, nuestro éxito en 2008 no será más que una feliz casualidad, mientras que cada uno de los fallos posteriores será predecible.

La gente en Rusia está todavía en un estado de shock por lo ocurrido con la selección. El seleccionador Advocaat apeló a la mala suerte, pero hubo otras razones por las que el equipo que alcanzara las semifinales en 2008 no fuera capaz de pasar la fase de grupos en este campeonato.

La selección rusa, que después de machacar en el partido al equipo checo por 4 a 1 muchos llegaron a bautizar como el principal rival de España y Alemania, se ha ido del torneo tras una dramática caída ante los griegos en el tercer partido del grupo por 0 a 1. La simpática selección polaca, a la que los medios de comunicación y los aficionados más nacionalistas habían preparado para el partido de Rusia como para una final, se fundió emocionalmente y también cayó en el decisivo partido contra los checos. Irónicamente, en los últimos segundos del partido el delantero polaco Lewandowski estuvo a punto de salvar a los agonizantes rusos, pero el checo Kadlec sacó el balón a portería vacía.

Tal y como ha terminado todo, la Unión de Fútbol Rusa tendrá que examinar como Rusia, objetivamente el equipo más fuerte de su grupo, y que pasó por encima de los checos y que había superado en juego y oportunidades a los rivales en sus otros dos partidos, termine abandonando el torneo. El mundo del fútbol y decenas de millones de aficionados están todavía en estado de shock por lo sucedido.

Podemos decir, como el seleccionador Dick Advocaat, que "sencillamente no fue nuestro día" y que la pelota no quiso entrar, como en el partido contra los polacos. Se puede justificar todo como una cadena de trágicas coincidencias. Pero, desgraciadamente, el colapso de los rusos era esperable.

Todo parece indicar que la principal causa de la catástrofe ha sido psicológica. Después de ganar brillantemente a los italianos en el partido preparatorio previo a la Eurocopa, a los checos con un amplio marcador y de hacerles un gol a los polacos en el primer tiempo, los jugadores de la selección rusa volaron mentalmente a las eliminatorias y no salieron al campo con la debida actitud en el segundo tiempo contra Polonia ni en todo el partido contra los griegos. Sin duda, este fue el principal error de la dirección de la selección, que se contagió de esa euforia y, junto con los jugadores, subestimó al contrario. Es incomprensible cómo ha podido suceder algo así con el equipo de mayor edad del campeonato, con unos futbolistas que no solo habían ganado el bronce en la Eurocopa de 2008 sino que habían conquistado la copa de la UEFA con en el CSKA en 2005 y con el Zenit en el 2008.

Además, Dick Advocaat cometió errores tácticos. Una vez más quedó en evidencia el viejo problema de la selección de la generación de Arshavin: la incapacidad para sacar resultados con la debida concentración contra equipos más débiles. Así podemos acordarnos de la derrota contra Israel por 1 a 2 en 2007, que tan solo por una feliz casualidad no dejó al equipo fuera de la Eurocopa de 2008, o de la derrota ante Eslovenia por 0 a 1, que dejó a Rusia sin ir al Mundial de 2010. Los rusos no han aprendido a superar a una defensa bien plantada sobre el terreno de juego, y los polacos y los griegos han sabido hábilmente aprovecharse de esta carencia. El hecho de que en cada partido saliéramos con la misma formación e hiciéramos los mismos cambios también jugó a favor del contrario. La apuesta por los veteranos, los entrenamientos extremadamente laxos y la asombrosa monotonía táctica, han llevado a obtener unos resultados desoladores: en el segundo tiempo los veteranos estaban con la lengua fuera y comenzaron a caminar por el campo. El balón no entraba en la portería con el ataque de siempre y Dick Advocaat no fue capaz de proponer nuevas soluciones tácticas. Después de coger velocidad en el partido contra los checos, la selección pasó rápidamente a caer en algunos de sus viejos errores.

Dick Advocaat, como comunicó en vísperas del campeonato, dejará la selección rusa. También se irán en breve los veteranos de la generación de Arshavin, que ya están por encima de los 30 años y el mismo capitán. El reemplazo debería venir con la generación de Dzagoyev, que es el único, que a sus 22 años, juega a un alto nivel y por el que se interesan los principales clubes europeos.

A día de hoy es evidente que Rusia tiene que empezar a trabajar duro sobre sus errores para poder pasar de la fase de grupos en el Mundial que juega en casa en 2018. La selección necesita, no solo un entrenador extranjero de la categoría más alta con ambiciones y deseos de trabajar, sino una industria sólidamente construida en múltiples niveles que permita producir decenas de futbolistas de alto nivel en cada generación, como ocurre en Alemania y España. Las reformas en nuestra industria futbolística comenzaron en los años 2000, sin embargo, hasta que no se terminen adecuadamente, nuestro éxito en 2008 no será más que una feliz casualidad, mientras que cada uno de los fallos posteriores será predecible.

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