El reportaje gráfico de las protestas

Viktoria Lomasko se dedica a hacer la 'crónica de la resistencia', un reportaje gráfico de las acciones de protesta callejeras. Muchos críticos afirman que sus dibujos son el intento de mayor éxito hasta la fecha por entender el movimiento de protesta y por pretender insertarlo en la historia.

 

Desde hace más de medio año, Viktoria Lomasko dibuja lo que ocurre en diferentes mítines, marchas y manifestaciones. Dibuja a los manifestantes y a la policía antidisturbios, a las activistas feministas y a los transeúntes curiosos, a los anarquistas de izquierda y a los nacionalistas. Esta obra, realizada a medida que suceden los acontecimientos, puede que sea la manifestación más artística y exacta sobre las protestas rusas.

Sus dibujos a veces aparecen en la prensa, pululan por las redes sociales o se ven directamente en las manifestaciones: algunos de ellos se colgaron en los campamentos al lado del monumento de Abai Kunanbáyev (Occupy Abay) y el 19 de mayo, Lomasko, paseó su crónica por Moscú junto con el Museo Nómada de Arte Moderno. Dibuja a todos los personajes principales de las protestas moscovitas. Aunque no están ni Navalni, ni Udaltsov, ni Ksenia Sovchak (si aparecen, lo hacen como figuras en carteles o en pantallas). En las representaciones de Lomasko, las agitación política es una manifestación completamente espontánea y los líderes son imperceptibles dentro del propio movimiento. Cada imagen es una réplica, un pensamiento, una escena en una gran obra.

 

Cuando empecé me dejaba llevar por la indignación. Además, me daba miedo, se veía mal y hacía frío. Pero las imágenes ya habían surgido, ya existían aparte de mí. Mi tarea era simplemente llevarlas al papel”.

 

Viktoria Lomasko

Licenciada por la Universidad Estatal de Artes Gráficas de Moscú. Dibuja reportajes gráficos. Participa en exposiciones de arte moderno y de cómics alternativos. Ha sido laureada con el premio Kandinski. Es conocida por su cobertura del juicio de Mijaíl Jodorkovski, de Serguéi Mojnatkin del grupo Pussy Riot, y otros. Coautora del libro Arte prohibido.

 

La adición de palabras a la imagen es claramente un acto de humanismo. En este mundo, incluso los personajes negativos no se convierten en monstruosos, en tanto que se encuentran en un espacio democrático no controlado directamente. Ahí donde haya confesión, manifiesto, amenaza o queja, la expresión está al mismo nivel, y se intercambian fácilmente.

 

Este espacio, al igual que el formato de la imagen, es algo ya conocido para Lomasko. Casi todos sus trabajos: dibujos de los procesos judiciales, de los pueblos de trabajadores inmigrantes, de las colonias para menores de edad, plantean la cuestión sobre la naturaleza del reportaje gráfico contemporáneo. Un periodista común puede cubrir estas áreas donde se da la injusticia social, pero la evidencia del artista es de un tipo completamente diferente. Un cuaderno y un rotulador no son las armas más características de un periodista y permiten permanecer más tiempo dentro de la situación y crear complejas y casi íntimas relaciones con los personajes.

 

Es imposible dibujar sin emociones en tales condiciones y recordar continuamente que la tarea del reportero debe ser imparcial. Yo misma soy participo, grito también, con todos. Y las sensaciones de participación pueden ser diferentes: a veces es solo agitación, las manos tiemblan”.

 

El fenómeno Lomasko deriva, en gran parte, del arte moderno activista, los cómics sociales y una seria tradición asimilada del arte gráfico moderno. La parte técnica es muy importante para ella. En gran medida, todo su trabajo es un intento por mostrar que el dibujo permite captar cosas que otros medios no pueden conseguir, que el movimiento de las manos del artista revela el ritmo de la historia y es capaz de llevar al papel la propia novedad del acontecimiento.

 

En aquel momento, cuando empezaron a dispersar la manifestación del 6 de mayo, yo estaba dibujando, pero trazaba las líneas con tantos nervios que no podía acabar el dibujo. Después de esto, resultó incomprensible, al igual que al dibujar el campamento 'Occupy Abay'. Los anteriores resultaron muy duros: con todos estos policías antidisturbios en un segundo plano o en un primer plano. Y de repente, una situación completamente distinta. Incluso, el primer día no dibujé, simplemente estuve caminando, mirando”.

 

La 'crónica de la resistencia' de Lomasko se dibuja desde el punto de vista de una futura victoria consumada. Esta postura le permite ser a la vez bondadosa hacia el enemigo y quisquillosa con los compañeros de lucha. Es capaz de ver las cómicas y dolorosas paradojas como un punto de aparición de la verdad por encima de la ideología. Independientemente de como acaben las actuales protestas, su crónica es una de esas cosas que ya ha entrado a formar parte de la 'gran historia', y que consigue que no sea posible imaginarla sin los acontecimientos moscovitas de este invierno y primavera.

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