Fuente: Reuters/Vostok-Photo.
Aunque tanto Rusia como China son consideradas 'potencias emergentes' en el plano económico, cierto es que ambos países ya eran consideradas potencias políticas y militares al menos desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual ambos Estados supieron conseguir un asiento permanente en el entonces nuevo Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, lugar que todavía hoy conservan (en el caso ruso, como Estado continuador de la Unión Soviética).
A partir de allí, las relaciones entre Moscú y Pekín han estado marcadas tanto por rivalidades, como por intereses estratégicos comunes, sobre todo, teniendo en cuenta el hecho de que comparten un espacio común como lo es la región de Asia Central y el Pacífico Norte. Por suerte, en estos últimos tiempos, y sobre todo a partir de la conformación del grupo BRICS del cual ambos países forman parte, ha prevalecido la lógica de la cooperación. En este sentido, a pesar del lugar privilegiado que ambos tienen dentro del Consejo de Seguridad, tanto China como Rusia optan por avanzar hacia la democratización del sistema internacional, apostando fuertemente por el multilateralismo.
En materia comercial, China es el principal socio de Rusia, aunque hoy existan algunas tensiones, como por ejemplo por el precio del gas ruso que se exporta a China. Respecto a esta cuestión, Li-Ketsian, actual primer viceprimer ministro del Consejo de Estado de la República Popular China y futuro primer ministro, ha visitado Rusia para entrevistarse personalmente con Vladímir Putin y Dmitri Medvédev. Si bien estas reuniones no han logrado resolver el tema, se ha mostrado voluntad en la continuación de las negociaciones, que incluyen la construcción de un gasoducto entre ambos países, y la cooperación en materia de desarrollo de las regiones orientales de ambos países, es decir, del Este de Siberia y del Lejano Oriente chino.
Sus respectivos ingresos en la Organización Mundial de Comercio (OMC) son una muestra clara del desarrollo económico-comercial a nivel mundial que estos Estados han logrado. En este sentido, podemos observar cómo en los últimos años tanto Rusia como China han aumentado sus vínculos comerciales y políticos con otras regiones del mundo, y con América Latina en particular, dada la complementariedad de sus economías. China es uno de los socios comerciales más importantes de varios de los países de esta región, con los cuales intercambia materias primas por productos manufacturados. Aunque en menor escala, Rusia también ha desarrollado su comercio con los países de la zona, sobre todo en materia de venta de sistemas de armas para las Fuerzas Armadas de la región.
La importancia de nuestros países para Rusia y para China también se deduce del papel de Brasil en el mundo y dentro del grupo de los BRICS en particular. Esta plataforma es un reflejo de un nuevo esquema de relaciones de poder entre los Estados, en donde junto con India y Sudáfrica se proponen encabezar un progresivo cambio en el orden internacional que apunta hacia el multilateralismo.
En este sentido, el Kremlin y el Zhongnanhai han decidido coordinar políticas en algunos temas claves de la agenda internacional. Un ejemplo de esto último es la dinámica que han adquirido tanto por Pekín como Moscú dentro del Consejo de Seguridad de la ONU con el objetivo de contrarrestar el poder de Occidente en el organismo. Además, Rusia y China también forman parte de la Organización de Cooperación de Shangái (OCS), organismo internacional creado en el 2001 del cual también forman parte Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, y que algunos ven como la OTAN de Oriente. Dentro del marco de este organismo, comenzaron a realizarse una serie de maniobras militares conjuntas entre las Fuerzas Armadas rusas y chinas, entre otras actividades.
Con el objetivo de estrechar su vínculo estratégico para intentar mantener la seguridad en la región, el mes pasado se llevaron a cabo los ejercicios 'Interacción Marítima 2012', en aguas del Mar Amarillo. Allí se prepararon para enfrentar amenazas tales como la piratería y terrorismo, así como también para operaciones de búsqueda y rescate. Esta acción ha despertado ciertos temores en Japón, país que aún tiene algunas disputas territoriales tanto con Rusia como con China. Además, los nipones sospechan que estas maniobras pueden ser una respuesta a los ejercicios que se han llevado a cabo entre su país, los Estados Unidos y Corea del Sur algún tiempo atrás.
Si bien estas acciones no significan que Rusia y China sean aliados militares, cierto es que fomenta la confianza mutua y demuestra la coordinación respecto a ciertas cuestiones estratégicas de la agenda internacional.
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