Descubre a uno de los mejores pianistas del mundo

Evgueni Kissin está considerado como uno de los mejores pianistas del mundo. Alcanzó la fama tras tocar junto con el aclamado director Herbert von Karajan. La vida de este niño prodigio nacido en Rusia ha estado marcada por la salida, junto con toda su familia, de la URSS en el año 1991.

El memorable concierto que diera en el Conservatorio Tchaikovski de Moscú en 1984, cuando tenía sólo 13 años es el punto de partida de su carrera artística. El pianista interpretó dos Conciertos para Piano y Orquesta de Chopin. Los melómanos de Rusia recuerdan todavía los grandes carteles que anunciaban a Zhenia (diminutivo de Evgueni) y al director de la Orquestra Filarmónica de Moscú, Dimitri Kitayenko. Después de este evento, Kissin se convirtió en una figura emblemática de la cultura soviética.

   


Las historias de los niños prodigio suelen ser muy similares en muchos aspectos, al menos en su inicio. Dicen que cuando Evgueni era muy pequeño, se ponía de pie en su cuna y escuchaba a su hermana mayor tocar el piano. Luego, a los once meses, cantó un pasaje de una fuga de Bach que ella estaba practicando. Incluso afirman que sus primeras palabras fueron “abrí la tapa”. En un primer momento, sus padres no sabían a qué tapa se refería, y cuando entendieron que era la del piano, se quedaron muy sorprendidos. “Desde que tengo memoria, siempre estuve más interesado en la música que en pasar tiempo con otros niños al aire libre. Era un impulso que nadie, ni siquiera yo mismo, podía detener. Tal vez algunos piensen que mi infancia no fue realmente normal, pero para mí era tan natural como respirar”, dice Kissin.

        
La Escuela Gnesin estaba especialmente dedicada a los niños con gran talento musical. Kissin entró en la clase de la profesora Anna Pavlovna Kantor, que desde entonces se convirtió en la única que ha tenido. “Anna Pavlovna y yo congeniamos muy bien, tanto musical como personalmente. Ella se ha transformado no solamente en mi mentora musical, sino también en una amiga. Es parte de nuestra familia desde hace muchos años, ya que nunca ha tenido una familia propia.”   

   

La primera vez que Kissin actuó fuera de Rusia fue en 1985, en Europa del Este. Un año después estuvo de gira por Japón. En 1988 viajó por Europa con los Virtuosos de Moscú y Vladímir Spivakov, y pronto tocó con la Orquesta Sinfónica de Londres bajo la dirección de Valeri Gergiev. Sin embargo, el momento crucial de su vida artística fue el encuentro con el legendario director de la Filarmónica de Berlín, Herbert von Karajan, en 1988. Fue él quien le abrió al joven pianista el camino hacia la fama mundial. Kissin recuerda cada detalle de aquel encuentro. “El día que me presentaron al maestro, toqué para él la Fantasía de Chopin. Cuando terminé, vi que se quitaba sus anteojos y se secaba las lágrimas con un pañuelo,” cuenta el pianista. La grabación del Primer Concierto para piano de Tchaikovski fue la confirmación de una inolvidable unión entre un talento en crecimiento y un gran músico.  

Biografía

Evgueni Kissin nació en Moscú en 1971, en el seno de una familia judía. Su padre era ingeniero y su madre profesora de piano. A los seis años ingresó a la Escuela Musical Gnessin. Comenzó su carrera en 1984, interpretando los Conciertos Nº1 y 2 de Chopin en la Gran Sala del Conservatorio de Moscú. Se le conoce fuera de Rusia a partir de 1987, tras la interpretación del Primer Concierto para Piano de Tchaikovski, dirigido por Herbert von Karajan, con el que consiguió fama mundial. En 1990 Kissin hizo su primera aparición en los “Promenade Concerts” de la BBC, en Londres, y ese mismo año realizó su debut en los Estados Unidos. Ha obtenido diferentes prestigiosos premios discográficos; entre ellos se encuentran The Esison Klassiek, Grammy, Diapasón  d´Or y el Grand Prix de la Nouvelle du Disque.

Tras el intento de golpe de Estado en agosto de 1991 y el posterior colapso de la Unión Soviética, la familia de Kissin decidió trasladarse a Nueva York. Este hecho marcó la vida artística y personal de Evgueni. Su vida quedó dividida en dos partes a los 20 años. Los cambios no solo estaban relacionados con la madurez de sus interpretaciones, sino también su carácter. “Por supuesto que ahora toco de una manera distinta,- explica Kissin. – No es que haya una diferencia cardinal, lo que pasa es que en mis primeros años algunas cosas me pasaban desapercibidas. Mi definición de la madurez musical consiste en alcanzar el máximo nivel en las obras que interpreto, consiguiendo la profundidad  con la que las compuso el compositor.”


Hace poco Kissin se mudó a París. Actualmente  Interpreta alrededor de 40 conciertos al año y el público ruso espera con gran impaciencia cada nueva visita. A pesar de que sus conciertos en Rusia no son frecuentes, el músico dice que le gusta reencontrarse con su niñez, adolescencia y juventud. Por lo que respecta a la calidad del público, subraya que sigue siendo excelente, sobre todo en San Petersburgo. “Tal vez en ningún otro lugar del mundo las personas que trabajan en las salas de conciertos estén tan interesadas en la música. Me refiero a la gente de limpieza, los empleados de vestuarios, los ayudantes de escena. Ellos se sienten parte de todo esto, aman la música y la escuchan. Es uno de los momentos que más me emociona”. A la pregunta de si él se considera a sí mismo un pianista ruso o simplemente un pianista, contesta: “No estoy tratando de tocar de un modo especialmente ruso. Sería absurdo. Aunque por el hecho de haber nacido en Rusia, he absorbido las tradiciones rusas de interpretación.” 

El 8 de junio Evgueni Kissin actuará en el Teatro Colón en Buenos Aires. Consulta otras fechas de su gira por América Latina aquí.

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