Los contestatarios Mumiy Troll

Uno de los últimos vídeos de Mumiy Troll empieza con un tiro. Un tiro a la cabeza. Lo dispara con frialdad el jefe de una banda. Un proyectil que escribe la palabra “fin” en la vida de un joven músico: casi un castigo por los ejemplos de subversión que contiene cada uno de sus gestos artísticos.

Una historia de locura ordinaria acompañada de las notas de “Somebody to love”, la canción que, en el año del señor de 1967, supuso el lanzamiento de la carrera de los Jefferson Airplane e inauguró la edad de oro de la generación del flower power. Por un lado, imágenes crudas, violentas; por otro, uno de los máximos ejemplos de ansias libertarias en música en en el pop del siglo pasado. Contradicciones, grietas: las mismas en las que se ha movido, desde hace treinta años, la carrera del grupo de Vladivostok. En otras palabras: cómo rechazar al mismo tiempo el control social llevado al extremo y la abolición de las barreras sociales. Esta es una de las claves para interpretar la música rock.

 

Es en esta misma fractura donde se mueve la vida de Ilia Lagutenko, voz, rostro y alma de Mumiy Troll. Todo comenzó en 1983, cuando Ilia dejó la Marina soviética para dedicarse a la música. Los años de práctica son largos; hay mucho trabajo por hacer. En medio de la caída de un imperio y del nacimiento de la Rusia contemporánea, una larga gestación que lleva a Ilia y a su grupo a explorar los diferentes territorios y parcelas del rock para después releerlos a la luz de sus propias experiencias.

 

El éxito llegó en 1997 y los Mumiy Troll empezaron en seguida a ser incómodos, provocadores, encarnando el instinto de rebelión de los jóvenes rusos. En los conciertos, cada vez más público, brillantes joyas de glam-rock, baladas ácidas, groove llevado al extremo y guitarras distorsionadas. En 2005 se impide la edición de su disco Слияние и Поглощение, “Fusiones y Adquisiciones”, cuando las autoridades advierten que en la cubierta se retrata un matrimonio entre Vladímir Putin y Mijaíl Jodorkovski.


Tras esto, viene su compromiso en la lucha contra el sida, la defensa de las minorías y las campañas por los derechos de los animales, aprovechando de este modo su enorme éxito. La fama llegó en 2009 con la publicación en América de su primer álbum y con un tour que duró un año y medio. Los Mumiy Troll prestan su voz a las reivindicaciones sociales de los jóvenes rusos; para ellos, los Mumiy Troll han dado vida también a una red social, Ikra.tv.

 

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