Unas gachas de récord

Foto de Kirill Bichkov

Foto de Kirill Bichkov

Los habitantes de Tula han batido un récord tras cocinar un bol gigantesco de gachas, comida popular en Rusia. Su tamaño era de 865 kilos, y estaba muy por encima del récord anterior, 235 kilos, establecido en Escocia.

Los residentes de Tula se reunieron en la plaza de la ciudad, el pasado 10 de septiembre, alrededor de un enorme bol que colgaba a unos 5 metros de altura. Tenía un tamaño en el que entraban seis hombres. En este enorme recipiente se vertieron 865 kilogramos de gachas, que conmemoraban el 865 aniversario de la fundación de la ciudad. El récord se ha ratificado recientemente.

Historia

Tula era el puesto más al sur del reino medieval de Moscovia y se encontraba bajo amenaza constante de las tribus nómadas. Por ello, la ciudad estaba siempre constryendo fortificaciones. En 1595, el zar Feódor I llegó a un acuerdo con los herreros de Tula. Les dijo que no tendrían que pagar impuestos si se dedicaban a hacer armas para el gobierno. Fue entonces cuando comenzó la manufacturación de armas en Tula. A principios del siglo XVII, se reemplazó la pequeña producción por una a mayor escala. En 1712, Pedro el Grande firmó un decreto para que se construyera aquí la primera planta de manufacturación de armas. Tula continúa siendo uno de los principales centros de pequeña manufactura de armas del país.

Poco después de cocinarlo, todo el mundo tuvo ocasión de probarlo. Y bien que lo hicieron, ya que en menos de cuatro horas en gigantesco bol quedó vacío. Aunque lo cierto es que la preparación llevó mucho más tiempo. Los organizadores estuvieron meses preparándose para el récord y barajaron diferentes recetas y recipientes, al final se decidieron por uno que medía casi dos metros de alto y pesaba más de setenta kilogramos.

Nikolái Kostilev, el director comercial de Tula Produkt, empresa de la ciudad que organizó el evento compartió el secreto de la receta: hay que vertir 784 kilos de agua en el vol, dejar cocer y en ese momento añadir 129 kilos de avena, 2 kilos de sal y 8 kilos de azúcar. Volver a hervir y dejar evaporar el exceso de líquido. Hay que contar con dos levantadores de pesas para que remuevan con enormes “remos” de madera. Después de que esté preparado, añadir miel y mantequilla al gusto.

“¡Está muy bueno!” declaró Tatiana, una de las 3.500 personas que probaron el plato. “Es una pena que no pueda echarle todos los condimentos. ¡Sólo tengo mantequilla y mermelada de kiwi”.

Después de comer, los habitantes se echaron a las calles para bailar. Bandas de bielorrusas y rusas participaron en un Festival de Música. Al final del evento, varios grupos se unieron para tocar en una gigantesca orquesta de 500 miembros.

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