El opositor considera que la votación del
domingo, en la que el ganador recibirá un mandato presidencial de seis
años, "no puede considerarse una elección democrática".
"En
cada esquina hay información sobre falsificaciones. Y no estamos
hablando de la Rusia profunda, sino de Moscú y San Petersgurgo. Las
autoridades han perdido todo el sentido de la vergüenza y quieren ganar
por cualquier medio", dijo.
Kaspárov recuerda que en Moscú el
porcentaje de intención de voto de Putin es del 30 por ciento, por lo
que si finalmente el escrutinio muestra que el primer ministro recibe un
50 por ciento, será que "han manipulado un millón de papeletas".
En todo caso, el político ruso opina que el resultado de las
presidenciales es secundario y que el futuro de Rusia depende de cuánta
gente salga a la calle a protestar al día siguiente de las elecciones.
"El lunes es un día muy importante en nuestra historia. Ahí veremos
la fuerza de la protesta y cuántos están dispuestos a luchar contra el
régimen de Putin y gritar que no lo reconocen como su legítimo
presidente", apuntó.
Kaspárov es optimista en relación a la
respuesta de los moscovitas al llamamiento de la oposición, ya que,
hasta ahora, "todas las protestas han congregado a más gente de lo que
esperaban los organizadores".
"Si cien mil personas salieron a
la calle a protestar con 20 grados bajo cero. El 5 de marzo esperamos
aún más gente. Los que protestan no quieren más a Putin. Le piden que se
vaya, ya que son conscientes de que si sigue en el Kremlin nada
cambiará", dijo.
Kaspárov destaca que el actual movimiento de
protesta no tiene un cariz político o económico, como en la Primavera
Árabe, "sino moral".
"No es una revolución económica o
política. Es una cuestión de dignidad, de moral. Es lo que aún no han
entendido en Occidente. Los rusos ya no quieren que los tomen por
borregos, que les roben y humillen. Por eso es tan difícil combatir
contra el movimiento de protesta", afirmó.
El opositor
considera improbable que los partidos parlamentarios no reconozcan los
resultados electorales, aunque el fraude sea masivo.
"No tengo
esperanzas. Los comunistas intentan distanciarse del movimiento de
protesta, pero sus manifestaciones son una gota de agua al lado de las
nuestras. Eso sí, si el 5 de marzo cientos de miles salen a las calles,
tendrán que sumarse", vaticinó.
Además, se mostró convencido
de que "el tiempo de Putin se ha acabado y sólo falta aclarar cuándo y
cómo abandonará el poder".
"Si gana Putin no acabará los seis
años de mandato presidencial. Presidirá el país dos años como máximo. No
podrá dirigir un país donde el 70 por ciento de la población de las
grandes ciudades se opone a su gestión. A la primera crisis económica,
tendrá que renunciar", sentenció.
Según los últimos sondeos,
Putin ganará los comicios en la primera vuelta con el 66 % de los votos,
según el Centro Levada, o con el 58,7 %, de acuerdo a la Fundación de
Opinión Pública.EFE
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