Serguéi Riabkov: “América Latina exige un enfoque especial”

Serguéi Riabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia. Foto de TASS

Serguéi Riabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia. Foto de TASS

Pregunta: Serguéi Alexéievich, ¿cuál es el trasfondo histórico del actual desarrollo de las relaciones entre Rusia y los países de América Latina?

S. A. Riabkov: Si hablamos de la historia, creo que hay pocas regiones en el mundo, si es que las hay, donde lejos de nuestras fronteras haya tanta gente que simpatice con Rusia. Claro que estas relaciones pasaron por un período difícil en el que parecía que Rusia había abandonado completamente la región o bien estaba a punto de abandonarla, de irse para dedicarse a otra cosa. Menos mal que aquel período ha sido sustituido por la actual etapa en la que se observa un desarrollo pragmático de las relaciones, aunque a veces, quizás, no lo suficientemente dinámico. Pero para mí es un hecho evidente que Rusia está volviendo a América Latina y que en ciertos aspectos estamos compensando las pérdidas de los años 90 y principios de los años 2000.

No puedo mencionar un solo país en la región con el que no hayamos tenido un aumento de las relaciones, al menos pequeño y muy significativo en algunos sitios, empezando por el comercio y terminando por las posibilidades de viajar sin visado, que se han ampliado de una manera notable. América Latina es una región en la que se ha hecho mucho en los últimos años y realmente estamos en el camino de convertir a la región entera en una zona a la que nuestros ciudadanos podrán viajar sin visado.

Nuestras relaciones con Brasil son muy especiales en todos sus sentidos. Con este país mantenemos una cooperación muy estrecha y bien organizada en el marco de los BRICS. Entre otras cosas, también de cara a las cuestiones internacionales, no sólo respecto a los aspectos económicos y financieros con los que había empezado el bloque BRICS, es decir, para temas de la reforma de instituciones financieras internacionales, etc. En otro orden de cosas, hemos iniciado con los brasileños una cooperación en el ámbito espacial.

El comercio con Argentina tiene un buen ritmo de crecimiento. Con Ecuador tenemos una situación única, hasta tal punto que se ha organizado una línea directa de transporte de contenedores Guayaquil – San-Petersburgo, algo que creo que no existía antes. Se están estudiando proyectos de inversiones en virtud de los cuales, por ejemplo, los productores de plátanos tienen la posibilidad de desarrollar su producción gracias al capital ruso, adquiriendo, entre otras cosas, máquinas de empaquetado o tratamiento de producto. En Cuba la empresa petrolera rusa Zarubezhneft lleva a cabo sondeos de exploración. Tampoco faltan buenas ideas innovadoras…

Pregunta: Serguéi Alexéievich, ¿cómo se desarrolla la cooperación de nuestras empresas privadas con sus pares de América Latina? Hasta ahora este tipo de relaciones no se han desarrollado demasiado rápido y, a decir verdad, no parecía que los empresarios rusos tuvieran demasiado interés en llegar hasta esta región tan lejana…

S.A. Riabkov: Sí, parece que es así. Sin embargo, han empezado a surgir brotes de relaciones directas entre el mundo empresarial ruso y el latinoamericano. No exagero su importancia, pero existen algunos casos. En Nicaragua podemos poner el ejemplo de la creación de una red de telefonía móvil de 4ª generación, que funciona y supera a la competencia en cuanto a  la calidad de sus servicios. Fue creada por la empresa Yota en el marco del proyecto de nuestra empresa estatal Rostejnológuii. Eso permite divisar un nuevo tipo de negocios entre los países. En general, quiero señalar que hoy en día se está forjando un nuevo modelo, una nueva gama de relaciones que se diferencia de la anterior. Tendremos más ejemplos como este. En particular, se están ampliando las exportaciones de equipamiento ruso para el sector energético. Hemos ganado concursos públicos en Ecuador. La empresa rusa Silovíe Mashini está muy presente en Argentina. En la región se venden cantidades importantes de helicópteros rusos. Hacemos lo que podemos.

No puedo dejar de mencionar el interés por enviar a sus jóvenes a estudiar a Rusia que siguen conservando los países latinoamericanos. Claro que no en las proporciones de la época soviética, pero se trata de decenas e incluso de cientos de personas en distintas carreras y especialidades. En este punto, también existen ciertas dificultades relacionadas con la financiación del viaje y el pago de unas becas decentes. Pero incluso problemas tan complicados como estos se pueden solventar.

Pregunta: ¿Qué es lo que nos impide, qué frena una ampliación más intensa, más activa de nuestras relaciones con los países latinoamericanos? Aunque no seamos adversarios de nadie, la competencia no duerme. ¿O es que el mundo empresarial ruso no está dispuesto a conquistar los lejanos territorios latinoamericanos por el momento?

S.A. Riabkov: Desde mi punto de vista, ahora sí está dispuesto a hacerlo, pero de momento no de forma intensiva. En cuanto a los problemas, existen, sin duda alguna. Creo que hay tres temas sobre los cuales hay que seguir esforzándose mucho para no quedarse atrás en relación con la competencia y para mantener la dinámica de las relaciones evitando el estancamiento. En primer lugar, tenemos que buscar posibilidades de diversificar la presencia económica rusa en la región, porque nuestras exportaciones e importaciones están basadas en unos pocos productos. Nosotros suministramos a los países de América Latina sobre todo abonos, algún tipo de tecnología militar, láminas de metal y a algunos países equipamiento electrotécnico.

Sin embargo, últimamente se está dando un crecimiento del turismo ruso hacia América Latina. Este crecimiento se explica con los problemas que se viven en los destinos tradicionales, tales como Egipto y parcialmente Turquía. Pero tampoco necesitamos más base material. Tenemos que hacer inversiones en América Latina. Es verdad que la actividad empresarial se desarrolla poco y no hay suficiente apoyo administrativo para estimular este proceso. Nuestros empresarios siguen mostrándose pasivos, así que estoy de acuerdo en que, de momento, se tiene un enfoque muy ligero de las relaciones con los países latinoamericanos, pero a nosotros nos siguen llamando para estar allí.

Tenemos que trabajar aprovechando nuestras ventajas: nuestras posiciones fuertes en la región, la visión positiva que se tiene de Rusia, la ausencia de prejuicios y la comprensión del hecho de que nuestro país es una importante potencia internacional fuente de una organización del mundo multicéntrica y multipolar. Esta comprensión tiene que ayudarnos a fortalecer nuestro papel en América Latina. La poca actividad empresarial, la ausencia de finanzas y una visión de la región como algo no prioritario son, probablemente, las tres causas fundamentales que impiden un desarrollo más intenso de nuestras relaciones.

Pregunta: ¿Qué perspectivas ve en el desarrollo de nuestras relaciones en esta región?

S.A. Riabkov: ¿Perspectivas? Todo depende de nosotros, única y exclusivamente. No hay ningún tipo de limitaciones. Si construimos hoteles en Cuba, si cada vez más futbolistas brasileños juegan en los clubs rusos a pesar de las diferencias climáticas, si el vino chileno y los plátanos ecuatorianos se producen en las tierras de estos países con inversiones rusas, si seguimos suministrando tecnología militar a la región y construimos plantas de producción de energía, si los estudiantes latinoamericanos están cada vez más interesados en estudiar en las universidades rusas, entonces nuestras perspectivas son buenas.

Es necesario que demos una buena imagen en América Latina. Y también es necesario que la gente de allí vea a Rusia como un centro de atracción. Trabajaremos en ello. Es importante tener una política bien pensada, es importante mantener la amistad y cooperar con todos los socios de la región. Hay que señalar que ya tenemos una buena base, sólo queda dar nuevos pasos a partir de ella.

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