“El peculiar efecto estético de Tarkovski es la interacción entre elevación y gravedad, o entre distancia y cercanía, suspendidas todas juntas en el pasar del tiempo”, explica el filósofo y psicoanalista eslovaco Slavoj Zizek.
No obstante, Andréi Tarkovski, en una de sus últimas entrevistas lo describió de otra forma: “el objetivo final del arte es preparar al hombre para la muerte”.
El film Stalker expresa una consciencia torturadora que no es tan evidente en la novela de los hermanos Strugatski en la que se basa (Picnic Extraterrestre). También es más ambigua e indescifrable, ya que la zona parece existir no dentro del espacio sino fuera del mismo. De esta forma, el propio Stalker se convierte en prototipo de prisionero (“en todo lugar está la prisión”).
Tres años después de rodar la película Tarkovski se exilió en Italia, y en 1986 murió de cáncer en París, un cáncer que probablemente fue acelerado durante la producción de Stalker, rodada en un entorno insano de generadores eléctricos, bases militares, fábricas químicas en desmantelación y material tóxico diverso. Las jornadas de rodaje eran además agotadoras, sobre todo en el segundo intento de hacer la película, ya que el primero acabó con una pelea entre Tarkovski y Rerberg, el camarógrafo con el que había hecho Zerkalo (Espejo).
Y es que hay algo legendario en esta película, algo más allá de su materialidad, y es la sensación de no haber empezado nunca. Además destila un escepticismo inteligente que limpia la noción de felicidad, expresado en diálogos, en imágenes, y en los tres personajes que entran en la zona.
El material que rodó Rerberg sólo aparece en un episodio de la versión final. Es la secuencia del pequeño remolino. El sucesor de Georgui Rerberg fue Leonid Kalashnikov, quien tras una semana abandonó el proyecto porque no entendía a Tarkovski (“Agradezco tu honestidad”, dijo el director). El resto de la película fue rodada por un tercer camarógrafo, Alexánder Kniazakhinski.
“Nadie iba a trabajar con Tarkovski por accidente. Todo el mundo sabía qué clase de persona era. Por un lado le tenían miedo por sus exigencias exhaustivas, por el otro sus largos periodos de rodaje, y los actores no cobraban por los días en los que no trabajaban. No obstante, el mayor error de Tarkovski era que como gran artista siempre quería hacerlo él todo. Él diseñó el escenario de Stalker, y en cada una de las tomas colocará con sus manos la menor brizna de hierba. Mis amigos me advirtieron antes de que decidiera participar en Stalker”, reconoce el ingeniero de sonido de la película, Vladimir Sharun.
“Mi primer encuentro con Tarkovski (en Solaris) me dejó perplejo. Él me dijo que lo que necesitaba no eran arreglos musicales sino ruidos. Luego añadió que no podía imaginar un compositor mejor que Viacheslav Ovchinnikov, quién había hecho la música de Andrei Rublov y La infancia de Iván. Esa sensación de falta de confianza nunca me abandonó cuando trabajaba con Tarkovski. En cada película me sentí como en un examen”, reconoció el compositor Eduard Artemiev.
La historia de la película kodak utilizada en el primer rodaje añade extrañeza a Stalker. El productor Gambarov (quien tenía los derechos de distribución de Tarkovski en Occidente), suministró para Stalker una película Kodak no disponible por entonces en la URSS. Por la falta de instrumentos para su revelado en Mosfilm, la película estuvo 17 días expuesta pero sin procesar, perdiendo gran parte de su calidad. También existe otra versión de la historia, y es que la película Kodak enviada por Gambarov fue robada, y lo que llegó a Tarkovski era material de pésima calidad.
La primera muestra del material rodado acabó con cierto escándalo y ansiedad. Tarkovski, su mujer Larissa, Rerberg y los Strugatski observaban atónitos el no-material. Uno de los hermanos Strugatski giró la cabeza y comentó a Rerberg: “Gosha, cómo es posible que yo no vea nada”, y Rerberg contestó: “estate calladito porque tú tampoco eres Dostoevski”.
En la producción fallida se gastó prácticamente todo el presupuesto. “La película se hubiera quedado sin rodar de no ser por los 400.000 rublos extra que recibió”, aseguró Vladimir Sharun en una entrevista a Komsomolskaya Pravda en 2001. Colaboradores de confianza, como Boim o Romadin se impacientaron y abandonaron el proyecto, mientras que el resto del equipo permanecía expectante en una actitud propia de un motín. Además, los cambios meteorológicos en Tallín hacían que el rodaje estuviera parado durante semanas.
“Durante estos descansos el equipo escapaba del aburrimiento llegando al fondo de las botellas… Tarkovski conocía bien esta situación y decidió actuar. Nos alojábamos en un hotel horrible en las afueras de Tallín y mi habitación era la única con teléfono. Una noche llamó y me pidió que le dijera a todo el mundo que a las 7 de la mañana siguiente empezaríamos el rodaje ¡Era muy fácil de decir! Durante esos días de aburrimiento mi asistente había empezado a beber colonia Troinaya, a la que echaba un poco de azúcar para digerirla”, rememora Sharun.
Seis años después de presentarse la película el cuarto bloque de la planta energética de Chernóbil explotó, y los 30 kilómetros de Zona vigilada se materializaron.
Vladímir Sharun recuerda la planta hidroeléctrica donde se rodó la película, la fábrica de productos químicos y el sucio río Piliteh. Hay una secuencia en la que el río parece tener nieve… pero eran residuos y espumas. Varias mujeres del equipo sintieron alergias y picores durante el rodaje. No sólo Tarkovski murió de cáncer, también su mujer Larissa Tarkovskaya y Tolia Solonitsin.
De hecho, la localización original era la ciudad de Isfara, en Asia Central, pero semanas antes del rodaje se produjo un terremoto en la zona y Tarkovski encontró en Estonia el espacio de la zona. Este es otro ejemplo de las decisiones arbitrarias que rodean la producción de una obra de arte.
Libro recomendado:
Stalking Stalker, editado dentro del programa Tallín Capital Europea de Cultura 2011.
Otras películas rodadas en Tallín o Riga:
- Misión secreta, Mikhail Romm.
- 17 momentos de primavera. Tatiana Lioznova.
- La variante Omega, Vayazos.
- Asesinato en la calle Dante, Romm.
- No soy un turista, vivo aquí. Peeter Urbla.
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