Lavrov justificó así el empecinamiento ruso a
la hora de oponerse una y otra vez a la adopción de una nueva
resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU contra Damasco, por
temor a que allane el camino para una intervención exterior en el país
árabe.
"Si le exigen que se vaya y no se va. ¿Qué se hace? ¿Se
llama a la aviación? ¿Se bombardea? Esto ya lo hemos vivido y el
Consejo de Seguridad nunca lo aprobará. Esto se lo garantizo", dijo,
citado por las agencias rusas.
El jefe de la diplomacia rusa
matizó que Rusia "no es amigo, ni aliado de Asad" y que su postura
consiste en defender la soberanía de los sirios para evitar el estallido
de una guerra civil como en Libia.
"Nunca dijimos que el
mantenimiento del poder por Asad fuera una condición para el arreglo.
Nosotros dijimos otra cosa. Dijimos que la decisión debe ser siria y que
deben ser los sirios, es decir todos, los que se sienten en la mesa de
negociaciones y se pongan de acuerdo", dijo.
A su vez, aseguró
que Rusia seguirá suministrando armamento a Damasco, como los aviones
de instrucción de combate Yak-130, los sistemas lanzamisiles costeros
"Bastión" y misiles de crucero antibuque "Yajont".
"Hemos firmado contratos y debemos cumplirlos", dijo, citado por las agencias rusas.
Rusia, que está reconstruyendo en el puerto sirio de Tartu la antigua
base militar soviética para que pueda acoger buques militares de mayor
tonelaje, se ha puesto el traje de mediador y ha invitado a gobierno y
oposición a negociar en Moscú.
"Ya hemos recibido una
respuesta positiva por parte de las autoridades sirias. Esperamos que la
oposición también de su visto bueno en los próximos días, poniendo los
intereses del pueblo sirio por encima de cualquier otra consideración",
señaló el lunes la Cancillería rusa.
Rusia opina que "la
inmediata celebración de esos contactos en Moscú es urgentemente
necesaria para cesar cualquier violencia en Siria e impedir la
desintegración sangrienta y la confrontación en la sociedad".
El embajador sirio en Moscú matizó hoy que el Gobierno está dispuesto a
negociar, aunque sólo con la oposición pacífica y no con los grupos
rebeldes armados "que cumplen órdenes de países extranjeros".
"No consideramos que la gente armada sea oposición. En lo que se refiere
a aquellos que salen a la calle con armas y disparan, esa gente no
desea el diálogo, por eso la otra parte está obligada a hablar con ellos
con el lenguaje de las armas", dijo Riyad Haddad, embajador sirio, a la
emisora de radio "Eco de Moscú".
Por su parte, el Consejo
Nacional Sirio (CNS), que agrupa a la oposición siria en el exilio,
rechazó de plano la propuesta de Moscú.
"Sin el derrocamiento
de Asad, no habrá negociaciones. La caída de Asad es la condición para
el inicio de conversaciones con el objetivo de llevar a cabo un proceso
de transición hacia un Gobierno democrático", dijo Burhan Galiun, líder
del CNS.
Galin añadió: "Llamamos a los rusos a adoptar una
postura realista. Si insisten en que Asad debe quedarse en el poder,
esto no será realista, ya que no permitirá la apertura de ninguna clase
de diálogo".
"Si el Gobierno ruso acepta nuestra condición de
la renuncia de Asad, entonces no habrá ningún problema en la celebración
de conversaciones preliminares", agregó el opositor a la prensa
libanesa.
Por su parte, la secretaria de Estado
norteamericana, Hillary Clinton, ha conminado a la ONU a actuar de
inmediato para frenar la violencia en Siria, mientras la Casa blanca
calificó de "inevitable" la caída de Asad.
El ministro francés
de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, envió hoy una Lavrov para
recordarle que la situación en Siria es inaceptable y que se debe poner
fin al bloqueo del Consejo de Seguridad.
No obstante, el
viceministro de Exteriores ruso, Guennadi Gatílov, ya dejó claro hoy que
Moscú vetará la nueva resolución que se basa en el plan de la Liga
Árabe y que contempla la renuncia del líder sirio.
"El
proyecto occidental de resolución sobre Siria no ayuda a la búsqueda de
un compromiso. Presionar es una vía para la guerra civil", dijo.
Según los analistas, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, quien
probablemente será elegido presidente en las elecciones de marzo, no
permitirá la repetición del escenario de Libia, donde Moscú perdió miles
de millones de dólares.
Entonces, Putin tachó de "llamamiento a las cruzadas" la resolución 1973 que permitió la intervención militar aliada y condujo al derrocamiento y asesinato del dictador libio, Muamar el Gadafi.EFE
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