"La realidad sobre el terreno demuestra que
el baño de sangre no se ha detenido, que la máquina de matar está
todavía en marcha y que la violencia se extiende", señaló ante el
Consejo el primer ministro catarí, Hamad bin Jassim al Thani, en nombre
de la Liga Árabe, representada también por su secretario general, Nabil
al Arabi.
Ambos pidieron una rápida reacción del Consejo, es
decir la aprobación de la resolución presentada la semana pasada por
Marruecos con el apoyo de los países europeos más Estados Unidos, y un
texto que, según fuentes diplomáticas, cuenta con una mayoría (al menos
nueve votos a favor) para ser aprobada.
"Siria se opondrá
firmemente a sus enemigos", respondió el embajador sirio, Bashar Jafari,
tras oír la petición de la Liga Árabe, a la que acusó, junto a los
países occidentales, de fomentar la crisis de su país.
Rusia
reiteró su rechazo a la apuesta árabe y occidental, al señalar que "el
Consejo de Seguridad no puede imponer los parámetros de un acuerdo
político interno, porque no tiene ese mandato" y defendió que "las
partes enfrentadas deben iniciar un diálogo por ellas mismas en lugar de
ser intimidadas para ello".
Su embajador, Vitaly Churkin,
reconoció, sin embargo, que el texto marroquí incluye algunos puntos que
su país ya defendió en su propio propuesta de diciembre pasado, por lo
que dijo que tiene "la esperanza" de que el Consejo de Seguridad alcance
"el consenso" sobre el problema sirio, "ya que es posible y necesario".
"Las palabras del representante ruso abren la posibilidad de diálogo y
debate sobre el texto marroquí. Esperamos lograr un acuerdo en los
próximos dos días", dijo a la salida de la reunión el ministro de
Exteriores de Francia, Alain Juppé, quien en su intervención señaló que
"el silencio del Consejo de Seguridad sobre Siria ha sido hasta ahora
escandaloso".
Indicó que "ya no hay más tiempo que perder" y
lamentó "el horror causado por la salvaje represión en Siria", que ha
causado al menos más de 5.000 muertos en menos de un año, en cuya
memoria exhortó al Consejo "a votar sin demora un texto que impulse un
proceso político que acabe con la pesadilla siria".
En
conferencia de prensa posterior, Juppé indicó que "no es completamente
imposible que en los próximos días se acerquen las posiciones", al
tiempo que declinó referirse a las alternativas que pueden plantearse de
no superarse el bloqueo ruso.
El mensaje común de los países
occidentales fue el de resaltar que ya ha llegado la hora de que el
Consejo de Seguridad actúe y condene a Damasco antes de que la situación
sea irreversible por completo, por lo que a partir de mañana impulsarán
las negociaciones sobre la propuesta marroquí.
En tono
conciliador hacia Rusia, árabes y occidentales destacaron que su apuesta
para superar la crisis siria no incluye un "cambio de régimen", algo
que decidirán los propios sirios, ni tampoco abre la puerta a una
intervención militar exterior.
"Estados Unidos está preparado
para trabajar con todos los miembros del Consejo para aprobar una
resolución que apoye los esfuerzos de la Liga Árabe y poner fin a esta
crisis, defender los derechos de los sirios y restaurar la paz", dijo la
secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, durante la
reunión.
Clinton indicó al final de la reunión que "en el
proyecto de resolución no existe ninguna intención de imponer ninguna
autoridad ni de llevar a cabo una intervención militar de ningún tipo en
Siria", al tiempo que apostó porque el Consejo alcance un acuerdo en
los próximos días.
El canciller guatemalteco, Harold
Caballeros, señaló que, si la iniciativa árabe no prospera, los países
estarían "faltando a sus obligaciones", al tiempo que alertó de
"previsibles repercusiones internas e internacionales sobre la paz y la
seguridad".
Colombia, el otro país latinoamericano en el
Consejo, condenó por su parte "la violenta represión" del régimen sirio
hacia los manifestantes que ejercen "sus derechos" y mostró su apoyo
total a "los esfuerzos de la Liga Árabe", en una intervención de su
embajador ante la ONU, Néstor Osorio.
A partir de mañana, los quince países del Consejo seguirán negociando sobre el texto marroquí, que pide a Al Asad que traspase el poder a su vicepresidente para iniciar un proceso de transición que lleve a celebrar "elecciones transparentes y libres". EFE
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