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Vitaly Churkin, embajador de Rusia en la ONU, ha explicado en una entrevista con Russia Beyond the Headlines las razones del veto ruso a la resolución del Consejo de Seguridad que amenazaba con sanciones al régimen de Baschar El Asad en Siria. Según Churkin, Rusia temió que esas sanciones estuviesen destinadas a orientar un cambio de régimen más que a proteger a los civiles sirios. Churkin, que es embajador en la ONU desde 2006, ha asumido esta semana la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad.
“Rusia ha mantenido conversaciones constantes con las autoridades y la oposición siria” |
Este año Rusia apoyó una resolución sobre Libia y se abstuvo en una
segunda vuelta de negociaciones. Según Churkin, antes de la votación,
los miembros del Consejo de Seguridad le aseguraron que se había
diseñado una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles y le
garantizaron que el derrocamiento del régimen del coronel Muamar el
Gadafi sería rápido.
“Después de todas esas garantías nos dijeron que había que cambiar el
régimen y perseguir a Gadafi para llevar a cabo esta resolución”, dice
Churkin. “No nos lo tomamos bien, porque era un caso flagrante de mal
uso de las prerrogativas del Consejo de Seguridad que estaba minando el
prestigio del órgano, así como su capacidad de actuar con eficacia en el
futuro”, afirma.
El veto de Rusia en octubre a la resolución de
condena a Siria, apoyado por China, recibió fuertes críticas de Estados
Unidos, Francia y Gran Bretaña. “La gente valiente de Siria puede ver
ahora claramente quién, en este consejo, apoya su anhelo de libertad y
de derechos humanos y quién no”, declaró Susan Rice, embajadora de los
Estados Unidos en la ONU.
Churkin rechazó la crítica y dijo que Rusia hace una lectura diferente de los acontecimientos que se están produciendo en Siria.
“Hubo
grandes protestas pacíficas en algunas partes del país, pero también se
utilizó la violencia contra instituciones del Gobierno, y esta
tendencia ha ido en aumento a medida que los acontecimientos empezaban a
desarrollarse”, dice el embajador. “Rusia ha mantenido conversaciones
constantes con las autoridades sirias, y con la oposición, al tiempo que
hacía un llamamiento a todos los miembros de la comunidad internacional
para entablar vías de diálogo. Creemos que las personas que realmente
quieren el cambio en Siria necesitan distanciarse de los extremistas
violentos y propiciar un clima de conversaciones con ánimo constructivo.
No aceptamos la premisa de que, por alguna razón, el régimen de Asad no
puede cambiar de rumbo y que no hay posibilidades de progreso bajo este
sistema”.
Churkin contrapone la impaciencia de las potencias
occidentales con respecto a Siria, con su voluntad de negociar durante
meses para asegurar la salida del presidente yemení Ali Abdullah Saleh; y
afirma que los llamamientos de Estados Unidos al diálogo, sólo
pretenden que las protestas en Bahrein no se eternicen.
“Estamos muy contentos de haber conseguido recientemente la firma de un
acuerdo político en Yemen después de largas negociaciones sobre la forma
final del mismo. Ha exigido un intenso trabajo y docenas de
borradores”, afirma.
“La comunidad internacional ha sabido demostrar paciencia y ha alentado a
ambas partes a mantener el diálogo aunque en Yemen, ha habido más
derramamiento de sangre en estos últimos meses que en Siria. Creemos que
en términos generales, en situaciones como esta, la comunidad
internacional debería apoyar sin fisuras una salida política basada en
el diálogo en lugar de provocar más disturbios en el país”, concluye el
alto diplomático ruso.
Prioridad al diálogo con Irán
Vitaly Churkin reiteró la repetida opinión rusa de que el compromiso
diplomático sigue siendo el medio más efectivo para evitar que Irán
desarrolle armamento nuclear. Y dijo que había pocas novedades en el
reciente informe de la Agencia de la Energía Atómica sobre las
actividades de investigación y desarrollo en esta materia.
“Lo estamos analizando”, aclaró. “Pero a primera vista no añade nada a
lo que ya se sabe sobre las denuncias contra Irán. Se reveló, por
desgracia, como un importante ejercicio de relaciones públicas cuando
los medios comenzaron a citarlo mucho antes de que se publicara y, a
continuación, se filtró desde la OIEA. No es lo correcto. Desde el
principio estaba claro que el objetivo era utilizarlo como herramienta
política, en lugar de para ocuparse seriamente de la situación en Irán”.
Churkin
también dijo que Rusia se opone a una nueva ronda de sanciones por
temor a que no se centren en la amenaza real sino en influenciar la
situación interna de Irán. Y declaró que las rondas anteriores de
sanciones han sido utilizadas por Estados Unidos y la Unión Europea para
establecer límites sobre otros países en sus relaciones con Irán. “Por
cuestión de principios, creemos que está mal”, manifestó.
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