“Es muy difícil calcular el riesgo de los inversores”

Antón Rajmánov. Foto de ITAR-TASS

Antón Rajmánov. Foto de ITAR-TASS

En la entrevista se trataron aspectos relacionados con las posibilidades y carencias del mercado ruso de inversión.

¿Cuáles son los sectores de la economía rusa más infravalorados?


Actualmente, el mercado ruso es el más barato entre los BRICS.  Las empresas más infravaloradas son las de los sectores más tradicionales para Rusia, es decir, el petróleo y el gas, el sector metalúrgico y el de extracción. En comparación con ellos, incluso los sectores de consumo y nuevas tecnologías parecen más caros. ¿Por qué el mercado ruso actual está tan infravalorado en comparación con otros, incluidos los de los BRICS? Lamentablemente, no ha sido capaz de superar su dependencia del petróleo. Por ello, los riesgos macroeconómicos son extremadamente altos. Si tomamos en cuenta el multiplicador P/E, Rusia tiene un seis,  Brasil ocho y medio, China quince y la India catorce.


Además hay otra cuestión, el precio actual del petróleo no se corresponde al del equilibrio de la oferta y la demanda. Lo más probable es que los inversores no se den cuenta de cuál es el precio justo del oro negro en estas condiciones de incertidumbre, en relación a la emisión monetaria por parte de los bancos centrales de Estados Unidos y Europa. Es evidente que si la situación empeora  las autoridades financieras de las economías más desarrolladas no harán otra cosa que emitir más dinero. En este sentido, los bienes de consumo tradicionales siguen siendo uno de los pocos instrumentos en los que los inversores siguen invirtiendo. Es decir, la burbuja se va inflando. Por ello, es muy difícil calcular el riesgo que los inversores incluyen en el precio de las acciones rusas. Todavía no está nada claro cuál será el precio del petróleo en caso de que finalice la   emisión incontrolada de moneda y las economías desarrolladas se alejen de la recesión.


En Rusia, el catalizador del cambio podría ser la estimulación de la demanda interior, la creación de un mercado interior serio de capitales que actúe como inversor local y estabilice la situación en el mercado. Por supuesto, también habría que hacer una reforma de las pensiones. Si los recursos utilizados en el ahorro de las pensiones se invierten más activamente, es decir, en la economía real, serán una fuente segura para la estabilidad del mercado interior. Si Estados Unidos deja de estar amenazado por una recesión y Europa resuelve con éxito sus problemas interiores, el premio al riesgo, incluído en el precio actual de las acciones, tanto de los mercados emergentes como de los desarrollados, tendrá que ir desapareciendo paulatinamente. En ese momento Rusia se sentirá mejor, sin duda alguna. No será el primero entre los países BRICS, pero su posición irá mejorando .

Tanto en Occidente como en Rusia, los títulos más rentables, aunque también los más arriesgados, son los de tercer nivel. ¿Hasta qué punto son activos los inversores extranjeros a la hora de invertir en este instrumento del mercado ruso?


Lo cierto es que son muy poco activos. Lo más seguro es que esto sea consecuencia de la reducción del interés por el riesgo,  porque los del segundo y tercer nivel son mucho menos factibles y así los riesgos aumentan. La dinámica de los índices correspondientes lo confirma; desde principios de año el índice RTS es inferior al 6%, mientras que el índice RTS-2 es inferior al 13%. La situación que tenemos hoy en día es bastante paradójica. Por una parte, el Servicio Federal de Reservas de EE UU lleva a cabo una emisión monetaria considerable, es decir, se ve claramente que está muy interesado en devaluar el dólar para reducir la deuda externa y en elevar la competitividad de los sectores exportadores estadounidenses. Pero al mismo tiempo hay una huida masiva de los inversores hacia el dólar, en particular, a través de la compra de bonos del tesoro de EE UU.
Lo que pasa es que en la situación actual no existe ninguna alternativa a los instrumentos financieros del dólar. Los principales bancos centrales, independientemente de si les gusta o no la moneda estadounidense, seguirán manteniendo la mayor parte de sus recursos de esta forma porque necesitan liquidez. Así que el tercer nivel ruso, al ser un instrumento financiero no realizable,  seguirá siendo infravalorado hasta que cambie la percepción del riesgo, será así tanto de los inversores interiores como los exteriores. En las condiciones actuales sólo tendrán demanda los emisores de activos de segundo y tercer nivel que aporten algo intrínseco. Por ejemplo, o bien altos dividendos potenciales o  un proceso de “buy back”, o incluso fusiones y adquisiciones.


A finales de año, MICEX y RTS tienen intención de convertirse en una misma bolsa. ¿Cómo afectará esto a los implicados en las operaciones y, en particular, a los extranjeros?
Teóricamente, la bolsa resultante tendrá que presentar más liquidez y más capacidad para implantar rápidamente nuevas y avanzadas tecnologías. Espero que esta unión se produzca para el bien de todos. No va a haber muchos participantes extranjeros, ya que la cantidad y la calidad de los participantes internacionales se relaciona con la situación macroeconómica actual del país. Los grandes fondos extranjeros de pensiones y los grandes capitales no vendrán a Rusia hasta que vean que en el país ocurren cambios serios y de calidad. Para ello, tal y como he dicho, es necesario organizar un mercado interior de capitales estable. Hay que reducir la volatilidad.


 A su parecer, ¿cuáles son los instrumentos financieros de los que carece  el mercado ruso?


Al mercado ruso le falta capitalización y, sobre todo, capital interior. Aunque tampoco voy a negar que falten derivados financieros factibles. Para resolver este problema, hay que llevar a cabo varias acciones. En primer lugar, hay que modificar la legislación. El trabajo con el derivado financiero tiene que estar regulado. Es necesario también esperar a que surja demanda respecto a estos instrumentos financieros derivados. La legislación actual debería permitir a los participantes que ahora están presentes en el mercado de valores, es decir, a los fondos de inversiones que gestionan los ahorros de las pensiones, invertir recursos en los derivados financieros para que en este mercado no trabajen sólo los especuladores, sino que surja una demanda real de contratos de futuro y primas de opciones. Evidentemente, ahora mismo se podría intentar proponer al mercado un derivado financiero bastante complicado, pero no habrá nadie para comprarlo. De la misma manera, uno puede ponerse a vender un Bentley en medio del Sáhara.
¿En general, cómo valoran los inversores extranjeros la economía rusa? ¿La consideran un fenómeno único o un mercado emergente al estilo de China e India? ¿O piensan que es un mercado ya desarrollado?
Lamentablemente, en la mayoría de los casos se percibe como un país con una economía no demasiado eficaz basada en la extracción de recursos naturales, lo que conlleva riesgos de operación e inversión. Si los inversores considerasen la economía rusa como un fenómeno único negociarían el premio y no el descuento, en comparación con otros mercados emergentes. Hoy en día no existen motivos macroeconómicos para que lleguen al país inversiones serias y a largo plazo.


Rusia siempre ha sido y seguirá siendo dependiente de la situación global. Por lo tanto, mientras crezca la inestabilidad en los mercados mundiales, los riesgos de Rusia aumentarán en progresión geométrica. El problema está en que aquí no se ha hecho prácticamente nada para la creación y el desarrollo sostenible de la demanda de consumo, algo que China está haciendo con mucho éxito, y Brasil ha empezado a hacer. Además, Rusia todavía no es capaz de controlar sus gastos estatales, que aumentan constantemente a pesar de que la situación socioeconómica sigue siendo lamentable. Faltan inversiones en prácticamente todos los sectores sociales, incluidos educación y sanidad. La administración estatal sigue inflándose; en los últimos siete años ha triplicado, aproximadamente, su volumen. Pero estos problemas parecen bastante simples cuando el presupuesto resulta equilibrado gracias a un precio de 115 dólares por barril de petróleo.
 
¿Hay muchos inversores asiáticos entre los extranjeros que participan en el mercado ruso? ¿Qué sectores prefieren?


No existe una estadística exacta, pero en absoluto es un porcentaje alto. Aunque la primera experiencia de un emisor ruso, llamado Rusala, en la bolsa asiática ha sido un éxito indudable. Actualmente, el país asiático con más potencial inversor es China. Allí hay dos tipos de inversores: el estado y las corporaciones. Hay que señalar que el Banco Popular y la Tesorería del país son unos de los inversores más importantes del mundo, detrás del Sistema Federal de Reservas de EE UU. Después del estado están las corporaciones chinas y en último lugar, las personas físicas. Además, los clientes particulares tienen prohibido invertir fuera de China, y por esa razón surgen burbujas periódicamente, tanto en la bolsa de valores como, por ejemplo, en el mercado inmobiliario. Hay un crecimiento bastante alto del nivel de vida de la población, sin que exista una oferta adecuada de productos de inversión alternativos en el mercado interior. Si hablamos de los inversores corporativos, éstos están en mayor medida interesados en las inversiones directas. No piensan en carteras de inversiones: entienden qué significa comprar un activo para que les pertenezca y tener luego la posibilidad de su gestión operativa, pero no tienen claro qué significa comprar el 10% de las acciones de una empresa. Esta estrategia se puede observar, por ejemplo, en África.


Creo que en Rusia se infravalora la cooperación potencial con China y se  presta más atención a Europa. Sin embargo, China es un socio de pleno derecho en pleno crecimiento. La economía china siente la escasez de combustibles, de carbón, de minerales, de cemento y de energía eléctrica. Está buscando opciones para cubrir esta necesidad a través de la importación. La mentalidad de inversión de los inversores asiáticos consiste en que parten de las necesidades de su propia economía.


Las economías asiáticas son, en cierto sentido, parecidas. Son consumidoras e importadoras de  recursos naturales básicos y exportadoras de productos. Una parte de ellas, por ejemplo, Indonesia y Malasia, son exportadoras de productos agrícolas.

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