Nostalgia por la realidad

Foto de SSSR Productions

Foto de SSSR Productions

La pequeña sala del Teatro de Moscú está llena. Las luces se apagan y transcurren algunos segundos sin que nada suceda, los ojos comienzan lentamente a acostumbrarse a la oscuridad. De pronto se ilumina una pantalla que hay en el escenario, por los altavoces suena un piano y da comienzo la obra Nostalgia for Reality.

Se trata de una pequeña compañía de teatro formada por cinco actores: uno de ellos es Alexéi Rubinstein, que hace también las veces de director. Junto con Denís Filimonov fundaron la “SSSR Productions” y por tercera vez han conseguido ser los únicos representantes del arte dramático ruso en el legendario Festival Fringe de Edimburgo. “Es una experiencia única”, relatan, aunque sólo sea por el público. En el Fringe, el público, libre de complejos, se deja involucrar en la obra, mientras que en Rusia el contacto directo entre actor y espectador sigue siendo algo insólito. En Nostalgia for Reality, que se representa actualmente en el Teatro de Moscú, esa circunstancia se hace más que patente. La primera fila de espectadores se agarra firmemente a la butaca cuando uno de los actores, un tipo pelirrojo con pecas, toma a la primera “víctima” y comienza a bailar con ella sobre el escenario, algo que sucede varias veces en el transcurso de la representación. “Luchamos por crear un teatro vivo, auténtico, queremos ver los ojos de los espectadores a los que nos dirigimos, establecer un diálogo, sentir su pulso”, explica Alexéi Rubinstein. Y es que en Nostalgia for Reality los actores son, más claramente que en otra pieza teatral, los representantes de nosotros mismos. Uno se ve reflejado en todos y cada uno de sus protagonistas. La obra trata de nuestros temores y esperanzas, de la soledad y del deseo de encontrar nuestro sitio en un grupo social. Varios monólogos sirven de nexo entre escenas en las que los actores interaccionan unos con otros, se entrelazan para bailar, cantan, se toman de las manos, se funden. “En realidad lo que mostramos no es nada nuevo. Aunque pueda pueda parecer por la forma, no somos en modo alguno vanguardistas”, apunta el director Filimonov. Al fin y al cabo, los monólogos son pasajes de obras clásicas, aunque no todo el mundo se percate de ello hay pasajes de Antoine de Saint-Exupery o incluso de la Biblia. “Lo que tratamos de recordarle a la gente es esa nostalgia por una vida auténtica, honesta y plena, todo ello acentuado por la música, los efectos luminosos y el videoarte”. Si uno no se da cuenta durante la hora que dura Nostalgia for Reality, se le vuelve a recordar al final. Lo que en una película de cine serían los títulos de crédito se sustituye en esta pieza no por nombres, sino por rostros que van apareciendo uno tras otro sobre la pantalla. Se trata de fotografías de los espectadores mientras esperan entrar en la sala antes de que dé comienzo la función. Es decir, instantáneas captadas furtivamente, la confrontación directa de la propia realidad consigo misma en el patio de butacas.

El espectador europeo puede disfrutar de la obra Nostalgia for Reality en inglés durante el Festival Fringe de Edimburgo que tendrá lugar entre el 5 y el 27 de agosto.

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