Abjazia después de Bagapsh

El fallecido presidente de Abjazia Serguéi Bagapsh. Foto de AP

El fallecido presidente de Abjazia Serguéi Bagapsh. Foto de AP

Hasta el pasado 29 de mayo no había señales de luchas políticas internas en Abjazia. Ahora, tras la muerte de Serguéi Bagapsh, el segundo presidente, la agenda política nacional se ha transformado de la noche a la mañana. Bagapsh murió inesperadamente a los 62 años. La muerte le sobrevino en un momento álgido de su segundo mandato por lo que falleció sin dejar un sucesor.

Abjazia tiene una deuda con Sergéi Bagapsh


El pueblo abjazo siempre asociará su nombre con el reconocimiento internacional de la república; gracias a él concluyeron los duros años de inestabilidad política y económica, los disturbios sociales y la sensación de estar siempre al borde de una guerra con Georgia. Bagapsh era un diplomático con talento que prefería la negociación antes que el conflicto, siempre que fuera posible. Gracias a sus esfuerzos el primer presidente del país, Vladislav Ardzinba, le transfirió el poder pacíficamente en 2004-2005. Para la Georgia postsoviética continúa siendo un objetivo inalcanzable, a pesar de todo lo que avanzó este “baluarte de la democracia”. Sin embargo, la súbita muerte de Bagapsh ha forzado a los abjazos a salir de la calma de los sueños de una Edad de Oro y ya se preparasen para las próximas elecciones presidenciales.

Los posibles candidatos


A pesar de que ninguno de los líderes políticos de la república haya expresado su deseo de ocupar el puesto vacante, es conocido quiénes serán los posibles candidatos. Conforme a la Constitución de Abjazia, en caso de fallecimiento del presidente el vicepresidente asumirá sus obligaciones hasta que tengan lugar las elecciones. En la actualidad, el vicepresidente es Alexánder Ankvab, quien posee una reputación de duro y pedante funcionario que hace cumplir la ley y está a favor de emprender una severa campaña anticorrupción. En tanto que joven coronel soviético, Ankvab supervisó el orden público abjazo durante el conflicto armado con Georgia y posteriormente se unió a la oposición, en donde fue un activo crítico del presidente Ardzinba. En las elecciones de 2004 no pudo presentarse porque no había vivido cinco años en la república y se colocó detrás de Serguéi Bagapsh. Siempre se mantuvo cerca del fallecido presidente, al comienzo como primer ministro y, después, como vicepresidente.

A diferencia del beligerante Ankvab, Serguéi Shamba, otro posible candidato, tiene una reputación de astuto diplomático. Este licenciado en historia presidió el Ministerio de Asuntos Exteriores de Abjazia durante varios años y manejó las negociaciones más importantes de la república. Es bien conocido en la ONU, en la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y en la Comisión Europea. No tiene competencia como diplomático dentro de los políticos abjazos. En el último año, Shamba fortaleció aún más su posición como primer ministro de la república. Si el punto fuerte de Ankvab es su presidencia temporal, el de Shamba son sus lazos internacionales, lo que constituye una fuerte carta de triunfo. Al contrario de Osetia del Sur, dispuesta a unirse a Rusia, Abjazia aspira a ser un estado independiente en busca de un mayor reconocimiento internacional.

Posible gobierno de unidad


A pesar de sus disímiles pasados, Ankvab, el exoficial soviético, y Shamba, el diplomático postsoviético, nunca han tenido desacuerdos públicos. Como integrantes del equipo de Bagapsh, debían ser precavidos y dar una imagen de unidad, por lo que no podemos excluir la posibilidad de un escenario en el que ambos políticos actúen como presidente y vicepresidente.

Asimismo, encontramos el líder opositor Raúl Jadzhimba, que obtuvo el segundo lugar en dos elecciones presidenciales. En 2004, fue apoyado por el Kremlin y el presidente Ardzinba, y en 2009 fue candidato por la oposición. Actualmente, sigue siendo el líder indiscutido del partido opositor, el Foro de Unidad del Pueblo Abjazo. Seguramente espera que la tercera sea la definitiva en sus aspiraciones presidenciales.

La oposición


Además, existen otros políticos que no optan a ocupar el cargo ellos mismos, pero cuya influencia podría ser determinante. Uno de ellos es Beslan Butba, dueño de Abaza TV, un popular canal de televisión no oficial. Titular del Partido para el Desarrollo Económico de Abjazia, Butba se opone a la expansión agresiva de Rusia en las finanzas de la república. Otro personaje a considerar es Daur Tarba, líder del partido gobernante Abjazia Unida que, al igual que Rusia Unida, es más bien parte de una maquinaria administrativa que un partido político en sí mismo. Aún así, justifica su nombre al reunir a un 15% de la población abjaza. Luego encontramos al “eterno opositor” Yakub Lakoba, que explota su imagen de luchador contra la corrupción y la injusticia, y a quien suelen llamar “el Zhirinovsky abjazo” en referencia al titular del PLD ruso. También él podría desempeñar cierto papel en el escenario político. Por último, Stanislav Lakoba, respetado historiador y exsecretario del Consejo de Seguridad de Abjazia, bien podría convertirse en vicepresidente. Puede colaborar con cierta cantidad de votos, aunque la presidencia no es una opción para él, ya que no tiene dominio del idioma abjazo.

A pesar de sus diferencias, los posibles candidatos tienen algo en común: todos apoyan la independencia de Abjazia y consideran que la época como parte de Georgia ha quedado en el pasado. Sus opiniones difieren respecto a la relación que la república tiene con Rusia. En general, apoyan la cooperación estratégica con Moscú, aunque algunos permanecen cautos acerca de la apertura de la república a las empresas rusas. Este grupo está incentivando al Gobierno local a que busque opciones económicas alternativas en Turquía y la UE.

Para Moscú la situación es compleja. Por un lado, todos los posibles candidatos tienen una visión positiva de Rusia, a pesar de las diferencias y las problemáticas con dicho país. Por otro lado, son estos problemas los que exigen una mayor comprensión del desarrollo político de Abjazia y dejan claro que lo importante no es el nombre del tercer presidente de la república, sino el sentir del pueblo. En cualquier caso, la república se enfrenta a una dura prueba: debe transferir el poder pacíficamente a un nuevo líder que tendrá que mostrarse como alguien capaz de continuar lo que Serguéi Bagapsh comenzó.

Serguéi Markedonov es profesor invitado del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Estados Unidos, Washington, D.C.

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