Tiempo de mujeres y biografías

Foto de Ria Novosti

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La pasada década o los denominados años “cero” fueron relevantes en la literatura rusa actual debido al importante cambio producido en el clima editorial. Las grandes editoriales rusas comenzaron a interesarse por la literatura "seria".

En la década de los 90 las editoriales se caracterizaron por su indiferencia hacia ella. Entre otras cosas, apenas tenían en cuenta los premios literarios, aunque fueron ganandos importancia; entre otros el Booker Ruso, el Bestseller Nacional, Iásnaia Poliana, el Gran Libro. Se daba por sentado que los premios otorgados por críticos y escritores profesionales estaban relacionados con una literatura que no despertaba el interés del lector masivo. Es decir, lo que interesaba al consumidor de literatura no entraba en la esfera de los críticos profesionales. Así era la situación general en la década de los 90.

Sin embargo, en los años "cero" la situación socio-económica y cultural en el país cambió. Los lectores con un gusto poco refinado, consumidores de una producción literaria barata tanto en lo que se refiere al precio como a la calidad, se trasladaron hacia el consumo de series televisivas y al cine de Hollywood. Entre tanto, los lectores de los libros “serios” resultaron fieles a la literatura incluso en condiciones de crisis económica. Demostraron que están dispuestos a gastar sus últimos ahorros para sentirse cultos y estar al tanto de los últimos logros de la literatura contemporánea.

En lo fundamental se trata de mujeres. Esto también resulta ser un signo claro de los tiempos que corren.

Una de las novelas más populares de los últimos dos años tiene un título simbólico: “El tiempo de las mujeres”. Su autora es la peterburguesa Elena Chizhova, esta docente universitaria fue laureada con el premio Booker Ruso-2009. Inmediatamente después se convirtió en una de los autoras más populares.

En Rusia, la mujer lee más que el hombre por diferentes causas. Entre otras, las amas de casa cuentan con más tiempo para la lectura. Además, las mujeres son la gran mayoría de docentes tanto en escuelas como en institutos superiores. Ellas deben leer libros para de su profesión. Por otro lado, para una mujer que se esfuerza por ocupar una activa posición en la vida y triunfar en su carrera, la lectura constituye un factor complementario de éxito, ya que compite con hombres que suelen tener más facilidades que ella.

No es nada asombroso que las lectoras comprendan mejor a las escritoras.

Es por ello por lo que las novelas de Dina Rubina (vive en Israel pero escribe en ruso), Liudmila Ulítskaia, Tatiana Tolstaia, Elena Chizhova, Olga Slávinkova, Elena Katishónok son tan populares. También hay que tener en cuenta a las "reinas del género policíaco femenino": Alexandra Marínina, Tatiana Ustínova y Daria Dontsova.

La enorme e inesperada popularidad de "Podstrochnik" ("Traducción literal"), donde se expone el credo de la conocida traductora Liliana Lunguina, está vinculada con el hecho de que en esta declaración de principios resuene claramente la voz de la mujer.

Durante la década del 2000 resultaron muy populares los nuevos libros de Víktor Pelevin y Vladímir Sorokin, quienes fueron el descubrimiento más deslumbrante de la década de los 90.

Esto indica que los lectores han sido fieles y en tiempos de crisis no les ha dado la espalda. La lectura de un nuevo libro de Pelevin o de Sorokin es una seña de identidad cultural en un determinado medio socio-intelectual. No se trata tanto de disfrutar la novela. Lo más importante consiste en leerla para demostrar que se está al tanto de las lecturas serias. Esto constituye un buen síntoma, ya que implica que ser lector vuelve a estar de moda. Pelevin y Sorokin son muestras de esta moda literaria.

Otro de los autores de moda es Evgueni Grishkovets. Desde mi punto de vista, es el escritor más solicitado entre la nueva burguesía rusa, ese segmento social que no tiene que ostentar acerca de sus elevados ingresos. Se trata de un escritor para la clase "media alta", gente que viaja en autos relativamente caros y vive en buenos pisos en el centro de las grandes ciudades. Estas personas desean leer sobre sus problemas y contar con una interpretación elegante e irónica de un literato con talento.

Otra tendencia de principios de siglo fue la aparición de una generación de autores de treinta años: Zajar Prilepin, Alexéi Ivanov, Román Senchin, Dmitri Nóvikov entre otros.

Fundamentalmente trabajan desde un punto de vista realista y no esquivan ni la profundidad psicológica ni los problemas sociales o los temas de la provincia y la aldea. El líder indiscutible de esta generación es Zajar Prilepin, escritor de Nizhni Nóvgorod que ha cautivado a la Moscú literaria con la novela "Sañka". En ella un joven revolucionario se alza contra las nuevas leyes capitalistas, los nuevos "dueños de la vida", según palabras de Máxim Gorki. Al mismo tiempo, Prilepin escribe relatos bastante rebuscados y es un activo publicista.

Otro de los líderes de esta generación es Alexéi Ivanov. Este escritor de Perm, la industrial ciudad de los Urales, cobró fama con sus novelas "El motín de oro" y "El corazón de Parma". Hoy en día se dedica a las búsquedas etnográficas vinculadas con su región natal, a la que denomina "la espina dorsal" de Rusia.

Román Senchin es el autor de "Los Eltyshev", una excelente novela sobre la desaparición de una familia rusa común a causa de las nuevas condiciones económicas. El tema de la degradación social puede convertirse en un tema de buena literatura sólo gracias a la pluma de un un escritor con talento, tal como fueron Emile Zola, Máxim Gorki, Iván Bunin (con su novela "La Aldea") y otros clásicos. Senchin afrontó el reto con descaro y salió victorioso.

La gran profusión de biografías es otra de las tendencias de la literatura actual

Existe una conocida serie llamada "Vida de gente notable". Han publicado numerosas biografías de escritores. Entre ellas destacan la de "Borís Pasternak" y "Bulat Okudzhava" a cargo de Dmitri Bykov,o las de "Mijaíl Prishvin", "Alexandr Grin", "Alexéi Tolstoi", "Mijaíl Bulgákov" y "Andréi Platónov" por Alexei Barlámov, también "Serguéi Dovlátov" por Valeri Popov y otros libros. Su éxito radica en que tratan sobre gente conocida pero además han sido escritos por autores ya famosos.

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