De Cervantes al turismo y la energía

Aficionados de camino al estadio de Innsbruck durante la Eurocopa de fútbol de 2008. Foto de Reuters

Aficionados de camino al estadio de Innsbruck durante la Eurocopa de fútbol de 2008. Foto de Reuters

En España hay interés por Rusia, pero es poco lo que se sabe de ella. Los españoles continúan asociando Rusia con la Unión Soviética. En la mentalidad de los rusos, a su vez, la imagen estereotipada de España es la de un país exótico, cuyos habitantes se distinguen por su vehemencia, pasión y afición por las corridas de toros.

Hay que buscar las fuentes de la amistad rusohispánica en el frente antifascista de los años 30 y 40 del siglo pasado, desde la Guerra Civil española hasta la II Guerra Mundial.



En 1984, el Rey Juan Carlos visitó la Unión Soviética (¡la visita fue preparada por los ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países durante cinco años!) y en un solemne encuentro convocó a sus compatriotas emigrados a retornar a España.



Fueron muchos los que respondieron a esta llamada, pero otros prefirieron quedarse en la URSS. Se trataba de personas bilingües, que recibieron una educación en Rusia, y llevaban dentro la plenitud de dos culturas.



En la memoria de las antiguas generaciones de ciudadanos soviéticos, todavía estaban vivas las manifestaciones en las calles de Moscú en apoyo a la Segunda República, en los años 30. El escritor Yuri Naguibin describió estas manifestaciones de forma muy vívida en sus relatos.



En la década de 1990, Rusia se abrió a los países europeos, y fue entonces cuando arrancaron las relaciones comerciales con España. Rusia empezó a exportar energía a España, y España se plantó en el mercado ruso de alimentos. Surgieron también prometedores negocios conjuntos en el sector del transporte, farmacéutico, y de materiales de construcción, entre otros. En otras palabras, tomó forma la cooperación interregional.



En el año 2009, el intercambio comercial entre ambos países alcanza los 9.000 millones de euros. Muchas empresas rusas han entrado en el mercado español. En particular, la corporación estatal de la energía (Gazprom). A su vez, en Rusia invierten con éxito empresas españolas tan significativas como Iberdrola, Repsol o el Banco Santander.



Fue también en la década de los 90 cuando los turistas rusos descubrieron España. Por fin, pudieron viajar los numerosos estudiosos del idioma y la cultura españolas, que eran muchísimos. En la Unión Soviética, el estudio del español estaba muy extendido.



En 2002 abre el Instituto Cervantes en Moscú, que rápidamente consigue popularidad, no sólo entre los hispanistas profesionales, sino también entre aquellos que desean estudiar el idioma español o encontrar músicos, directores o escritores de este país. El éxito del Instituto Cervantes de Moscú constituye la mejor demostración del interés que existe en Rusia por todo lo que tenga que ver con España y su cultura.

El bailarín Joaquín Cortés, durante la representación de su espectáculo ‘Mi Soledad’, en Moscú. Foto de Itar Tass



El músico y compositor Paco de Lucía, el director de cine Pedro Almodóvar, los actores Javier Bardem y Penélope Cruz, los bailarines Mercedes Ruiz y Joaquín Cortés, entre muchos otros, han jugado un papel fundamental como representantes de la España actual en el extranjero, y han contribuido a que aumente el interés de los ciudadanos rusos por España.



Es imposible subestimar el papel de la literatura española en el mundo cultural ruso y en la cooperación humanística entre ambos países. Fue el mismísimo Alexander S. Pushkin quien recomendó a otro escritor ilustre, Nikolai V. Gógol, “tomar ejemplo de Cervantes”.



De todo esto hablarán escritores y estudiosos de la literatura en el marco de las actividades que se han organizado con motivo de la celebración del Año Dual España-Rusia.

Soldados del Ejército republicano en la Plaza Roja (Moscú) en 1937. Foto de Ria Novosti



También es enorme el interés que la literatura rusa genera en España. Todos los autores del Siglo de Oro ruso están traducidos al español, y continúan apareciendo nuevas traducciones. En muchas universidades de Humanidades en España se estudian el idioma y la literatura rusos. En este contexto, vale la pena recordar la figura de Svetlana Maliávina, una especialista que imparte idioma y literatura rusos en la Universidad Complutense de Madrid, y creadora de nuevos enfoques en la enseñanza del idioma ruso para extranjeros, adaptados a los cambios impuestos por la transición al proceso de Bolonia. La particularidad del método creado por Maiávina reside en la utilización de un amplio material cultural y, en particular, literario, en la enseñanza del idioma.



El año 2011, declarado Año Dual España-Rusia, supondrá la culminación de la cooperación entre ambos países. La tarea principal en el marco de este acontecimiento es completar con contenido el campo cultural común que existe entre los dos pueblos. El Año Dual promete ser un periodo de activo intercambio cultural entre ambos países.



España y Rusia también están unidos por el deseo de lograr un mundo estable y multipolar. Ya en la década de 1980, la joven democracia española jugó un papel importante en la puesta en práctica de las políticas de distensión. Las reuniones de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, que se originaron en Helsinki y luego se desarrollaron en Madrid, a lo largo de tres años (1980-1983) se convirtieron en el único foro de diálogo entre los países orientales y occidentales durante la guerra fría. Un diálogo que, pese a todas las dificultades a las que se enfrentaba, culminó con éxito.

Visita oficial a la URSS del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, en 1984. Foto de Ria Novosti



En el proceso de establecimiento del mundo multipolar, la originalidad de las culturas nacionales juega un papel destacado, una dirección a la que tanto la parte rusa como la española están dispuestas a orientar sus esfuerzos culturales e intelectuales en el futuro. En el programa previsto para el Año Dual se han incluido una serie de discusiones y acciones en este sentido.



Rusia y España constituyen precisamente un magnífico ejemplo de cómo la cooperación cultural tiene la capacidad de elevar las relaciones bilaterales a un nivel cualitativamente distinto. Existen premisas comunes y experiencias acumuladas para que ambos pueblos se continúen acercando. Por eso, la realización del Año Dual en 2011 es una apuesta válida. Y no sólo eso. Está justificada y llega a tiempo.

El ex presidente, Vladimir Putin, y el Rey, pasan revista a la Guardia Real, en 2006. Foto de Reuters

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