Los sueldos más altos del mundo

Uno de los bares más populares entre los expatriadosen Moscú, en el bulevar Nikitsky.Foto de Anna Artemyeva.

Uno de los bares más populares entre los expatriadosen Moscú, en el bulevar Nikitsky.Foto de Anna Artemyeva.

La crisis y la evolución del mercado limitan la demanda de trabajadores extranjeros, aunque continúan siendo clave en ciertos sectores.

Los trabajadores expatriados que viven en Rusia son los que más ganan del mundo. Según una encuesta reciente del banco HSBC, el 36% ingresa más de 250.000 dólares al año. Sin embargo, las oportunidades de empleo en Rusia para los extranjeros son cada vez más especializadas y limitadas.

Hace 15 años, sobraban los puestos de trabajo para los jóvenes extranjeros con formación que llegaban a Moscú con un nivel de ruso aceptable. La economía crecía a un ritmo muy superior a la de los países occidentales, y estos jóvenes podían convertirse en directivos de sus empresas a una edad en la que, en sus países, estarían preparando café y haciendo fotocopias.

Ahora, las empresas rusas recurren más a los directivos nacionales, y sólo demandan extranjeros para puestos muy concretos. En los puestos de gestión de nivel medio o bajo, los extranjeros sólo son contratados si conocen el estilo de vida ruso, hablan el idioma y su contratación no implica grandes costes, según varios empresarios moscovitas consultados.

“Los expatriados son todavía necesarios en el sector financiero, pero en la economía productiva ya casi no tenemos ofertas para ellos”, explica Igor Klímov, director de la empresa de contratación de ejecutivos Acuris. Bernard Sucher, fundador del restaurante de comida rápida Starlight y del banco de inversión Troika Dialog, afirma que los empleados más buscados son rusos que han trabajado en el extranjero, ya que comprenden las necesidades del mercado internacional y también se adaptan mejor a las circunsancias culturales. Pero este tipo de trabajadores exigen sueldos muy elevados para volver a Rusia, y tampoco serían suficientes para cubrir la demanda de gestores experimentados en todo el país. Esto deja puestos vacantes para los extranjeros en áreas clave de la economía.

La demanda de expatriados persiste en áreas muy diversas, desde la actividad bancaria hasta los proyectos informáticos. “Una pequeña empresa que quiera hacer la transición a una empresa de tamaño medio verá las ventajas de contratar a un extranjero que haya recorrido ese camino en el pasado y tenga las aptitudes para volver a hacerlo”, sostiene Sucher.

Crisis

Mientras tanto, la contratación de expatriados se percibe a menudo como una forma de tranquilizar a los inversores extranjeros, que pueden temer verse envueltos en asuntos relacionados con la corrupción.

“Las empresas rusas que deseaban obtener capital mediante una opa o un acuerdo de bonos, algo frecuente antes de que estallara la crisis, en 2008, necesitaban abogados que tuvieran conocimientos del derecho anglosajón para poder negociar con los agentes de inversión de Estados Unidos y Reino Unido”, afirma Nikita Prokófiev, socio de Odgers Berndtson.

Cualquier empresa nacional que desee cumplir con estándares internacionales aún debe contratar a abogados extranjeros, si bien estos acuerdos se han reducido mucho, con una menor cantidad de empresas rusas que obtienen capital en el exterior. “La verdadera demanda de hoy en día es de abogados rusos con experiencia internacional, ya que la crisis ha llevado a muchas empresas a situaciones de quiebra o arbitraje”, explica Prokófiev.


Otro sector en el que los profesionales de otros países pueden exigir buenos salarios y condiciones atractivas es la dirección de proyectos informáticos. Rusia cuenta con muchos programadores altamente capacitados, pero hay muy pocos directores de proyecto y negocios con más de diez años de experiencia. “Los rusos que conozcan estas áreas pueden optar a un puesto donde lo deseen”, asegura Esther Dyson, presidenta de EDventure Holdings e inversora en nuevas empresas del área de la tecnología de la información en Estados Unidos y Europa. Dyson añade que las empresas rusas que quieran captar a este tipo de personas que viven en el extranjero deben pagar más, ofrecer proyectos interesantes y tener una buena reputación en el sector.

“Cuando las empresas rusas se lancen a la expansión exterior, se incrementará la demanda de directivos extranjeros”, sostiene Igor Klímov, de Acuris. Hasta entonces, sin embargo, Rusia no brindará una salida sencilla para los profesionales que deseen escapar del trabajo rutinario de ciudades como Londres o Nueva York.

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