No se trata de cantidad, sino de calidad

Según el autor, el descenso en la población se traducirá en un debilitamiento de la posición internacional del país y, posiblemente, cambiará sus fronteras.

Dado que la población mundial será de entre 8.500 y 10.000 millones a mediados de este siglo, según la Comisión de Censos de Estados Unidos, y que declinarán las reservas de recursos naturales, a menos que medie un milagro tecnológico, yo diría que van a ser los países con menos bocas que alimentar, petróleo que consumir y agua que beber los que se van a encontrar en la posición más fuerte y saludable.

Rusia tiene abundancia de recursos naturales: un extenso territorio, agua dulce –el 20% de las reservas mundiales sólo en el lago Baikal- enormes bosques, petróleo y gas, así como una población educada y armas nucleares. Podría ser uno de los países en mejor posición para hacer frente a las inminentes crisis medioambientales.

Tanto las multas de tráfico más estrictas, como la batalla contra el consumo de alcohol y el aumento de la inversión en salud y prevención son políticas impulsadas por el gobierno que han dado resultados. El año 2009 fue el primero en que la población de Rusia creció. La esperanza de vida masculina ha aumentado casi dos años (hasta los 69) desde 2005, según la Dirección Estatal de Estadísticas.

Desde 2007, el Estado otorga cerca de 12.000 dólares a las mujeres que tienen más de un hijo. Yo sugeriría que además de esto, el gobierno se concentrara en mejorar la productividad laboral, que representa sólo el 16% de la europea, según Capital Partners.

Las siguientes son algunas modestas propuestas que desarrollarían la economía, el nivel de vida y el peso global de Rusia mucho más que los políticas natalistas.

-Llegar a la diáspora en el exterior. Para ello, debe modificarse la legislación sobre conscripción para atraer a personas cualificadas con doble ciudadanía.
-Alentar a trabajadores extranjeros muy cualificados a vivir y trabajar aquí. Si bien el gobierno ha hecho avances en la flexibilización de las regulaciones de visado para los trabajadores altamente cualificados, puede hacerse mucho más. Atraer a directivos es una de las formas más rápidas de impulsar la productividad.

-Desarrollar una política de adopciones para que una mayor parte de los 730.000 huérfanos de Rusia puedan convertirse en miembros saludables y productivos de la sociedad. Según la web iorphan.org, sólo el 10% de los huérfanos llega a ser ciudadanos funcionales, mientras que la mayoría termina en la droga, la violencia y el suicidio. U na planificación familiar más inteligente y mejores políticas de adopción nacional podrían salvar a estas personas y permitirles ser ciudadanos con una vida plena.

-Alentar programas para educar e integrar a los discapacitados. No hay motivos para que los nuevos centros de innovación y las redes de transporte no incluyan accesos para discapacitados. Asegurar una conexión de alta velocidad gratuita para los discapacitados y proporcionarles cursos universitarios por Internet es algo que puede hacerse ya, aunque su integración plena sea un objetivo a medio plazo.

El impulso modernizador de Dmitri Medvédev es la mejor oportunidad para trasladar la discusión sobre la demografía rusa de la cantidad a la calidad.

Editor de Russia Beyond The Headlines.

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