Fútbol y finanzas, juego en conflicto

Sólo gritos no ayudarán al fútbol ruso: el técnicoYurii Siomin y el árbitro Yuri Baskakov duranteel partido de la Liga de Primera rusa entre el CSKAy el Lokomotiv, ambos de Moscú.

Sólo gritos no ayudarán al fútbol ruso: el técnicoYurii Siomin y el árbitro Yuri Baskakov duranteel partido de la Liga de Primera rusa entre el CSKAy el Lokomotiv, ambos de Moscú.

Los clubes de fútbol rusos tienen cada vez más fondos, pero aún no han aprendido a vivir según las reglas de la economía de mercado.

En la actualidad, con 11 millones de dólares sólo se podría comprar la pierna izquierda de un goleador digno del Manchester United, el Barcelona o la Juventus. Pero eso es lo que hace que llegar a los cuartos de final de la Liga de Campeones de la UEFA fuera tan importante para el equipo de fútbol CSKA de Moscú. Significaba también que CSKA había ganado una suma comparable al presupuesto anual de un club medio ruso.

La mayor parte de los clubes vive de auspicios y cuenta con la financiación de gobiernos regionales o de grandes empresas como Gazprom, Lukoil, Rosneft o Russian Railways. Fuentes de ingresos que en Occidente son vitales, tales como derechos de transmisión, entradas de temporada y acuerdos de licencias de réplicas de camisetas, en Rusia siguen proporcionando escasas cantidades de dinero.

Al comenzar la crisis financiera global, los sueldos anuales de entre dos y tres millones de dólares que ganaban los jugadores más importantes excedían en mucho los ingresos reales hasta en los clubes más grandes. Sin embargo, la primera temporada de “crisis” de 2009 no dio lugar a intentos serios de cambiar ese modelo. La mayor parte de los clubes redujo un 10% su presupuesto, y algunos llegaron a negarse a revisar su gasto.

Un club intermedio, Tomsk, de algún modo logró despilfarrar su presupuesto anual en los primeros cuatro meses y estuvo al borde de la quiebra. Afortunadamente, el único club siberiano que jugaba en la Premier League recibió ayuda del gobierno. El primer ministro ruso Vladímir Putin recibió una carta pidiendo auxilio, por lo que convocó a pesos pesados de Tomsk y “recomendó enérgicamente” que trataran de apoyar al equipo en problemas. El club conquistó de pronto a siete auspiciantes.

Una operación de rescate similar contribuyó a mantener a flote un famoso club de Samara. El club estaba a punto de quebrar y despedirse de sus sueños de trofeos, hasta que Putin volvió a intervenir y persuadió a auspiciantes locales de que aportaran fondos.

De todos modos, fue necesario reducir el presupuesto del club en sus dos terceras partes para que pudiera pagar sus abultadas deudas.

Cuando otra víctima de la crisis, FC Moskva, pidió ayuda, las autoridades decidieron no involucrarse. Un mes antes del comienzo de la temporada 2010, Norilsk Nickel, el auspiciante general y propietario de facto del exitoso club de Moscú, retiró su apoyo. Por razones que no quedan claras, ni siquiera se trató de vender el club a otros inversores y simplemente se desbandó el equipo.
Fue la primera vez en el fútbol ruso que un equipo se retiró del campeonato nacional a último momento. Ocupó su lugar Alania Vladikavkaz, que acabó tercero en la primera división. Sin embargo, la dramática salida de FC Moskva conmocionó a muchos hinchas y especialistas, que tomaron conciencia de que era necesario cambiar algo fundamental en el mundo del fútbol ruso.

Según analistas de la revista de negocios rusa Finance: “2010 podría resultar ser un momento decisivo. Hay algunos indicios de que la realidad empieza a imponerse. La recesión limitó el apetito pantagruélico de los clubes de fútbol. Ninguno de ellos se hizo más rico el año pasado y nadie sigue tratando de batir récords de transferencias multimillonarias. El invierno pasado no hubo acuerdos que excedieran los $8 millones, una clara señal de que los administradores aprendieron a cuidar cada rublo.

A pesar de ello, la mayor parte de los clubes de fútbol, Zenit y Lokomotiív entre ellos, no revela detalles de su presupuesto.

La comunidad deportiva rusa siempre se ha mostrado reticente en materia de dar a conocer ingresos y gastos. Los altos ejecutivos sólo mencionan estimaciones aproximadas y algunos ocultan celosamente hasta esa magra información.

El año pasado, el Dinamo de Moscú se aventuró a publicar un informe de su presupuesto de 45 millones de libras, pero ningún otro club lo imitó, por lo que el Dínamo no se molestó en hacerlo este año. En la temporada 2010, sólo CSKA reveló sus datos financieros, probablemente porque podría tener un superávit. El club, que consiguió una serie de interesantes contratos de auspicio, espera tener una ganancia de 168.000 dólares, una gota en el océano en comparación con su presupuesto total de 170 millones de dólares.

En el caso de muchos equipos rusos, sin embargo, ese tipo de desempeño financiero –respaldado por lucrativas apariciones en la Liga de Campeones- sigue siendo sólo un sueño.

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