El presidente de Rusia da su opinión sobre la Segunda Guerra Mundial

En el pasado, como usted recuerda solíamos decir que no existía en el país ni una familia que no estuviera afectada por la guerra. Díganos por favor, ¿cómo afectó la guerra a la vida de su familia?

Yo pienso que esta frase es muy justa. No es una expresión o una exageración, la guerra afectó realmente a cada familia soviética de una forma o de otra. A muchas personas la guerra les supuso la pérdida de personas queridas, a otras les trajo solamente las complicaciones que experimentaban todas las personas que vivieron en aquel entonces en nuestro estado.
Mi familia tuvo la misma situación, fueron afectados por la guerra, mis abuelos, uno de ellos Afanasi Fiédorovich por la línea paterna y Veniamín Serguéyevich, por la línea materna, los dos guerrearon, los dos vivieron diferentes pruebas de la guerra. Me acuerdo hasta hoy, lo tengo grabado en mi memoria, cuando en el período de mi infancia iba de visita a la ciudad de Krasnodar, donde vivía mi abuelo Afanasi. Me contaba de la guerra, y siempre me impresionaban mucho sus historias, porque siempre lo hablaba con todo el corazón, siempre con lágrimas en sus ojos, y a lo mejor me contaba las cosas sobre las cuales no escribía mucho. Entonces en aquella época el combatía mucho en diferentes lugares, fue herido gravemente, y fue condecorado con diferentes órdenes y medallas. Y me impresionaba mucho, precisamente porque para él era una cuestión muy personal.



Usted nació 20 años después del día de la Victoria, es bastante tiempo. Y, a pesar de que alrededor suyo siempre hubo personas que estuvieron en el frente, la guerra para Ud. No es una parte de su biografía personal, sino de la historia. Con el transcurso de los años, ¿cómo cambió su actitud hacia la historia de la Gran Guerra Patria? ¿Quién y de qué manera hubiera podido influir para que cambiara la visión de distintos aspectos de esa guerra?

¿Sabe?, no puedo decir que haya cambiado de forma radical, tal vez la actitud sigue siendo la misma. En cuanto a lo más importante.
Qué fue para nuestro país la Gran Guerra Patria? Fue un ataque de una armada enorme de invasores extranjeros, que trajeron el dolor y la muerte, que aún se siente hasta ahora aunque ha pasado bastante tiempo. Y, a pesar de que yo no haya participado en la guerra, o de que la juventud de hoy sepa de la guerra sólo por medio de libros, las películas, historias de los veteranos, esto me parece, que es obvio para todas las personas que viven en nuestro país, en particular en nuestro país. Por lo tanto, la guerra es por supuesto la parte de la historia, pero al mismo tiempo es una parte de la historia reciente, quiero remarcar esto.

Hace un año usted creó una Comisión de lucha contra la falsificación de los hechos de la historia. ¿Qué le motivó para hacerlo, y qué hechos, según su opinión, fueron tergiversados?

¿Qué fue lo que me impulsó? El comportamiento indecente de algunos políticos, que para conseguir sus propios objetivos aunque fueran pequeños, es más diría incluso insignificantes, empezaron a utilizar diferentes interpretaciones seudocientíficas de aquellos acontecimientos, para simplemente ganar unos puntos políticos. Así es. Pero no se trata de que unas personas concretas sean responsables de eso, al fin y al cabo, Dios les juzgará. Se trata de nuestro futuro, qué recuerdos vamos a dejar, qué van a pensar nuestros niños, nuestros nietos, qué van a conocer de la guerra, y qué lecciones van a a aprender de eso.
Nuestro pueblo no tuvo ninguna elección, los que vivían en aquel tiempo en nuestro país, podían morir o no, o convertirse en esclavos. No había otra opción. Esto en primer lugar y es un hechos indiscutible.
En segundo lugar. La cuestión sobre quién empezó la guerra y quién es culpable, quién cometió esa injusticia, es también una cosa obvia, que no solamente figura en los materiales de los Juicios de Nüremberg, en sus documentos, sino también en la memoria me muchísimas personas. El intento de cambiar los hechos históricos se ve como una intención malvada.
Por eso, según mi punto de vista, nosotros tenemos que decir la verdad. No significa que, para eso tengamos que negar diferentes interpretaciones de los acontecimientos de los tiempos de la guerra o desmentir diferentes teorías científicas. Por favor, que las hagan, que las defiendan, pero hay hechos que no requieren ser argumentados porque son obvios o porque figurar en los documentos internacionales, como decía antes en los Juicios de Nüremberg. Precisamente esos temas no se puede discutir porque se esas discusiones llevan a una dirección equivocada.

¿Qué dirección hay que tomar si hablamos de la verdad sobre la guerra? Por ejemplo, los acontecimientos de los últimos años en los países bálticos, en Ucrania, en Georgia, está claro que las fuerzas políticas los utilizan para su propio interés. Y su interpretación de la Segunda Guerra Mundial, de los resultados de la Segunda Guerra Mundial, es nada más y nada menos que un mapa político. Sin embargo, no se puede olvidar que diferentes pueblos tienen diferentes memorias de la historia. No sé qué piensan las autoridades actuales de Georgia, país con el que tenemos un vínculo de siglos de historia común, pero otros también pueden tener un punto de vista própio sobre la liberación de sus territorios por el Ejército Rojo. ¿Qué hay que hacer para que los libertadores sean considerados como tales? ¿Qué tiene que hacer Rusia en ese aspecto?

Por supuesto cada páis tiene su propia visión sobre la historia nacional y no tiene sentido hablar de que, por ejemplo lo que sucedió durante el período postguerra les trajo a muchos o a todos los países liberados (digámoslo así) sólo prosperidad y cosas buenas.
Pero precisamente en eso consiste la labor de un historiador profesional, por una parte, y por otra parte consiste en la sensatez de una persona común, para poder separar lo que fue la misión del Ejército Rojo y del estado soviético en el período de la guerra, de lo que sucedería después. Sí, en la vida real es muy difícil separarlo, pero es necesario hacerlo para subrayar otra vez. Que si el Ejército soviético no hubiera ejecutado su papel, si no hubieran sido tremendas las víctimas que el pueblo soviético ofreció en el altar de la guerra; Europa sería distinta ahora no existiría la Europa moderna, feliz, floreciente, rica y que se desarrolla con buen ritmo, es algo muy obvio. Y pienso que una persona tiene que ser sorda para no oír estas razones.
Usted ha mencionado algunos países donde en la actualidad los criminales nazis se han convertido en los héroes nacionales. Es muy triste, triste precisamente por lo que dije antes. Por supuesto, nadie pretende idealizar el papel de la Unión Soviética después de la guerra. Pero de ninguna manera se pueden llamar víctimas a los verdugos. Aquellos que hablan del papel de la Unión Soviética, igualan el papel de nuestro Ejército al papel de los usurpadores fascistas, están cometiendo un delito moral.
Quiero subrayar que los alemanes en este sentido se comportan mucho más dignamente, que digamos algunos representantes de los países bálticos, a pesar de que para los alemanes es un tema muy doloroso. Por otro lado, después de la guerra se tomaron decisiones que son irreversibles y estoy seguro de que nunca podrán enmendarse, entre ellas las decisiones de los Juicios de Nüremberg. Precisamente allí los delitos de los nazis fueron calificados como delitos contra la humanidad. Esos delitos no se puede prescribir y la responsabilidad por ellos no puede tener un plazo de prescripción, es para siempre.

Sin embargo, señor presidente, cuando ahora en Europa juzgan a criminales nazis, ancianos enfermos y débiles, en la sociedad involuntariamente surge el dilema de si vale la pena juzgarlos. ¿Tal vez tenga más sentido perdonarlos a todos ellos por fin? Ya han pasado muchos años, y así sucedió que ellos han llegado a esta edad, pero quizá para que el horror no se repita, tal vez, sería posible dejarlos sin juicio.

Le expresaré mi opinión aunque coincide con la postura adoptada en el Tribunal de Núremberg, tales crímenes no deben tener lapzo de caducidad, no importa de quien estamos hablando. Usted, tal vez, se refiere a los delitos por los que están juzgando al conocido Demeniúk, pero el hecho es que no depende de nombres concretos. Se trata de nuestra responsabilidad moral ante generaciones futuras y si ahora cerramos los ojos ante esos crímenes, y sentimos lástima por lo que pasó, tales hechos podrán repetirse en el futuro de tal o cual manera, y en cualquier país. Por eso, y puede que mis palabras suenen muy fuertes, pero estos crímenes realmente no tienen un plazo de prescripción, y quienes los han cometido, tienen que asumir la responsabilidad, no importa cuantos años tengan.

Cualquier guerra, además de todo, sirve de lección dura para los triunfadores y los vencidos, ante todo es una lección para los políticos que gobiernan los estados que participan en guerras.
Han pasado muchos años. Y ahora Usted es el gobernador de este enorme país. ¿Cuáles son para usted las lecciones de aquella guerra? ¿Qué es importante para usted hoy en día, o sea, qué cree usted que es necesario hacer, o, al contrario, qué no se puede hacer?


Nuestra tarea actual consiste en crear un sistema estable de seguridad internacional. ¿Y en qué consiste esto? La tarea es siempre estar en contacto y seguir creando un sistema de acuerdos internacionales para la solución de problemas. La humanidad ha aprendido lecciones muy importantes de la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra ha aparecido una herramienta muy importante a nivel internacional. Me refiero a la Organización de las Naciones Unidas. Han surgido tribunales jurídicos internacionales.
Se han elaborado muchos convenios internacionales contra crímenes de lesa humanidad, contra crímenes cometidos por criminales internacionales. Al mismo tiempo, el sistema actual de seguridad internacional no es perfecto, he tocado este tema varias veces, y es por eso que surgió nuestra idea de crear un nuevo sistema de seguridad europea – el Tratado de Seguridad Europea. Tenemos que encontrar una manera de eliminar todas las contradicciones. Es obvio que si tuviéramos organismos eficaces de seguridad europea, entonces tal vez habríamos podido evitar los hechos de agosto de 2008, tal vez habría hoy un arbitraje internacional entre las partes de Geogia que querían ser independientes y la mayor parte de Georgia; tal vez, se habrían podido poner en marcha algunos mecanismos internacionales.
Pero no fue así, sucedió de otra manera, ocurrió una tragedia en la que murió mucha gente, había un conflicto armado, que tuvimos que solucionar. Por eso este objetivo no es algo abstracto y no es diplomático, es una tarea absolutamente práctica para garantizar la seguridad en nuestro continente.

A partir de la caída del ‘telón de acero’, a partir del momento en que nuestros ciudadanos empezaron a viajar por el mundo, se puede escuchar frecuentemente lo siguiente: "¿Por qué los ganadores viven peor que los vencidos?"

¿No me gustaría tener que responder por todo lo que ha pasado en nuestro país desde el fin de la Gran Guerra Patria, porque puedo responder en términos morales y legales sólo por lo que respecta al periodo durante el cual tuve el honor y la responsabilidad de gobernar nuestro país. Claro que como cada persona que ha vivido en la Unión Soviética y ahora vive en Rusia, tengo mi propio punto de vista sobre este asunto, que es el que voy a comentar.
La Unión Soviética logró cumplir con el objetivo más importante durante la Gran Guerra Patria, que era vencer a un enemigo muy fuerte, destruirlo y crear las condiciones necesarias para el libre desarrollo de Europa. Pagó un precio muy alto en cuanto a vidas humanas que se perdieron para conseguirlo, y al mismo ayudó a todos los habitantes de la gran Europa. Luego la Unión Soviética siguió su propio camino. En el país soviético había un régimen totalitario muy duro lo que obstaculizó el desarrollo de muchos procesos económicos, se presionaba a la sociedad. Esto, acompañado de víctimas y de todo lo relacionado con una dictadura.
No creo que aquel modelo económico que teníamos después de la guerra así como el sistema político de esa época, sea conveniente para un desarrollo eficaz. De ahí proviene la diferencia en el nivel de vida, la diferencia en cómo se siente la gente. Verdaderamente es una pena, y todas esta emociones las sentimos, precisamente cuando por primera vez visitamos el extranjero. Pero comprendimos con qué precio habían pagado el bienestar en Europa, la abundancia de recursos materiales, las vitrinas luminosas, la prosperidad, sonrisas en sus caras. Y no teníamos la respuesta final a la pregunta: “¿por qué nosotros tenemos una vida diferente?”. Sin embargo, no creo que valga la pena considerar a éste un período oscuro, porque es el tiempo en el que vivían y trabajaban nuestros padres y abuelos, y nosotros también hemos vivido en aquel tiempo. Había muchas cosas positivas.
Pero es verdad que no pudimos resolver muchos problemas. A propósito, esta fue una de las razones de la disolución de la Unión Soviética.

Actualmente en los últimos tiempos la conexión entre los tiempos se restablece. Ya no se dice que todo lo del pasado era malo. En cada período hay algo de lo que podemos estar orgullosos. Y para cada persona en particular el restablecimiento de esta continuidad de las épocas es además documento de archivo. ¿Cree usted que ya es la hora de digitalizar la enorme cantidad de documentos bélicos para que la gente pueda, a través de Internet, encontrar información sobre sus abuelos o bisabuelos, sus destino, condecoraciones, y así ampliar el conocimiento sobre la historia de su familia?

Creo que la respuesta es obvia: la hora ha llegado. Y nosotros ya estamos llevando a cabo este proyecto. Ha pasado bastante tiempo, 65 años, y la gente debe saber toda la verdad sobre la guerra, y sobre los hechos de otras épocas.
Debemos establecer un sistema de archivos de guerra que permita a cada ciudadano de Rusia y a cada extranjero interesado en obtener de forma libre cualquier documento que ya no se mantenga bajo el sello secreto. Es hora de dar libre acceso a todos estos materiales.
Vamos a recordar, no me refiero al período de la guerra, sino a los años que la precedían y a hechos del comienzo de la guerra, en particular, de lo que pasó cerca de Katýn. Se trata de una página muy trágica de la historia, y encima de eso, de los hechos sobre los que no se sabía la verdad. Hasta el presente – me he informado – la gente en serio está discutiendo quien tomó decisiones de ejecución de los militares polacos. A pesar de que se da libre acceso a los materiales, encargué demostrarlos una vez más, pero todavía no se han terminado discusiones. ¿Por qué? Primero, porque este tema fue mantenido bajo secreto, segundo, el hecho fue presentado desde un punto de vista falso, se trata de un caso de falsificación de historia. Pues la falsificación de la historia la admiten no sólo los que viven en el extranjero y en otros países, nosotros mismos la admitimos. Al fin y al cabo tanto rusos como extranjeros que están interesados en saber la verdad deben saberla.
Es solamente una página, pero tal vez sea muy importante, por eso la mayoría de los materiales de archivo va a ser publicada, cuanto más hay documente en acceso libre, mejor. Al fin y al cabo pienso que debemos establecer tal sistema de archivos de guerra que permita a cada ciudadano de Rusia y a cada extranjero interesado obtener de forma libre cualquier documento que ya no se mantiene bajo la estampa “secreto”. Es hora de dar libre acceso casi a todos estos materiales.

Señor presidente, la coalición antihitleriana unió a los países que parecían difíciles de ser unidos, y esta unificación dio frutos: vencimos a un enemigo fuerte y bien organizado. El sistema de bloques siguió existiendo después de la Victoria. Se crearon dos bloques gigantescos, pero pasó cierto tiempo, y nuestro país ya no forma parte de un bloque grande y universal. Somos miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Sin embargo, este bloque no puede ser comparado por sus posibilidades con la OTAN, por ejemplo. ¿Tiene sentido actualmente para Rusia ingresar en algún bloque militar? ¿Y si tiene, en cuál?

Ya le he dicho a usted que, a mi parecer, el fin de la guerra fría y del concepto ideologico de bloques supo unificar a Europa, crear una Europa en que se viviera cómodamente y que fuera interesante visitar. Me refiero a Europa Occidental, Oriental y la Federación de Rusia. Por eso, el sistema de bloques no lleva a un buen camino, aunque hay la opinión que, de existir los bloques, existe el equilibrio.
Pero cuando existía el Tratado de Varsovia y la OTAN, todo estaba equilibrado, y cuando uno de los bloques dejó de existir, empezaron las guerras, empezó la repartición de territorios. Es una posición unilateral aunque, por supuesto, la presencia de contrapesos es imprescindible para el mundo.
Otra cosa es cómo son, cómo tienen que ser, si deben estar basados únicamente en el armamento o solo en contención estratégica. Opino que no deben. Precisamente por eso estamos hablando de un mundo multipolar, porque en el caso contrario haría falta llegar a la conclusión de que sólo un sistema de seguridad de bloques es capaz de garantizar la paz y la prosperidad en nuestro plantea. Pero no es así, los acontecimientos de los 90, los acontecimientos en Europa, por cierto, en Oriente Próximo, en el Cáucaso y en otros lugares ponen de manifiesto que ningún bloque es capaz de cumplir sus tareas de tal forma y, por desgracia, de mantener la seguridad debidamente. De ahí proviene la necesidad de crear mecanismos que puedan funcionar fuera de los bloques.

Pero, además, estamos comprometidos con nuestros socios: existe la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva integrada por los estados que nos son muy próximos. No es un bloque militar tradicionalmente hablando, pero sí es una organización llamada a facilitar la seguridad de sus estados miembros. Le recuerdo que, según, la Carta del Tratado y de la correspondiente Organización el ataque a uno de sus países se considera ataque a todos, tal como en la OTAN. Pero eso no quiere decir que tengamos que volver a recurrir al concepto de bloques e intentar hacer de la OTSC un nuevo Tratado de Varsovia, llenarlo con armamento, fuerzas y competir con la Alianza Atlántica. Sabemos cómo repercutió esta competencia en la Unión Soviética, lo exhaustiva que era la carrera armamentística y qué resultados dio: ineficacia económica, falta del mercado y una infinita carrera armamentística, desintegración del estado.

La educación militar patriótica era la base de la educación soviética, pero precisamente con esta expresión de palabras: “militar” y “patriótica”. Han pasado años, ya no nos forman en columnas: en su opinión, ¿quién es el nuevo patriota de Rusia?

¿Sabe?, es una pregunta muy fácil. El patriota de Rusia es alguien que simplemente ama su país, lo ama con todas sus contradicciones, lo ama en los años de júbilo, de desarrollo y en épocas muy difíciles: en el período de cambios, catástrofes, tragedias. Es una persona que realmente quiere a su Patria. Creo que no puede haber otra respuesta.

Hoy, el 7 de mayo, hace dos años, usted tomó posesión del cargo del Presidente de Rusia. En este período, en lo que se refiere a los veteranos, se han hecho muchas cosas: se aumentaron las pensiones, se concedieron apartamentos a los veteranos. Todos están rodeados de cuidado. Pero no sólo los que combatieron en la Gran Guerra Patria, sino también los trabajadores de retaguardia. Es un logro indiscutible del Presidente Medvédev. A parte de eso, según su punto de vista, ¿qué más logros podría destacar de los dos años que lleva dirigiendo el país?

Pues me sería incorrecto y poco modesto hablar de algunos éxitos porque hay que poseer una actitud crítica a tu propia actividad. Si hemos hecho algo bueno, perfecto. Pero al respecto de los veteranos le digo una cosa que considero clave. El 7 de mayo de 2008, el día de mi toma de posesión, firmé el correspondiente decreto para solucionar el problema residencial de los veteranos. Y lo hicimos. Próximamente los apartamentos se concederán a los que presentaron la solicitud un poco antes y los demás, que la presentaron después del 1 de marzo de 2005, recibirán la vivienda muy pronto.
Cuando pensaba en esto, claro, muchas ideas se me ocurrían, incluso aquellas que a veces se publican o se discuten. Porque dicen: “¿Para qué lo decidieron hacer?”, “quedan pocos veteranos ya”, “había que haberlo pensado antes”, “¿porqué no lo hicieron antes?”. Yo no puedo asumir la responsabilidad por aquellos que antes se encargaban del asunto. Pero pensé que hacerlo, era mi deber moral. Y el que lo hayamos hecho ahora, lo veo totalmente correcto. De hecho los veteranos están en la zona de nuestra atención especial. Intentamos realizar diferentes programas.

Generalmente hablando, supimos realmente facilitar la complicada vida de nuestros veteranos mediante los pagos materiales. No es un dineral, pero el que actualmente el veterano de la Gran Guerra Patria, participante de la guerra o minusválido de guerra normalmente obtiene unos 23 mil rublos tomando en consideración las asistencias, pagos, me parece una pequeña parte de nuestra responsabilidad y nuestros compromisos concernientes a los veteranos que estamos cumpliendo. En adelante obligatoriamente seguiremos este tema. Es crucial para nuestro futuro, para que las futuras generaciones traten correctamente a los futuros veteranos, para que se conserve la continuidad del llamado “hilo de tiempo” entre diferentes personas, entre futuras generaciones, entre las generaciones contemporáneas y aquellos que nos consiguieron esta Victoria tan complicada.

Dmitri Anatólievich, en Rusia y en otros países europeos hay muchos monumentos dedicados a la II Guerra Mundial. Gracias a Dios, en nuestro país muchos monumentos se conservan. ¿Qué monumento le impresionó más?

Como todos los ciudadanos de nuestro país, tengo más de uno de este tipo. Pero le voy a contar que pienso de esto. Soy de Leningrado y evidentemente, los lugares de Leningrado eran especiales para mí. En la época escolar y más tarde fui a Piskarióvka que es un lugar único: gran número de personas fueron enterradas, pero ni conocemos sus nombres, ni conocemos su número total, las cifras varían. Ni siquiera hay letreros en las lápidas, simplemente dice “entierro del 41, 42”. Es muy triste y se graba en la memoria. El metrónomo que suena cuando te acercas al monumento. Naturalmente evocas todos los eventos de aquel período. Probablemente para mí son los recuerdos infantiles más fuertes.
Y, además, sería incorrecto por mi parte no mencionar un acontecimiento que tuvo lugar hace relativamente poco y en el que participé personalmente. Me refiero a la ceremonia de prender el Fuego Eterno tras ser restaurado el monumento al Soldado Desconocido en el Jardín de Alejandro, ubicado cerca del Kremlin. Son emociones meramente personales, pero son tan impactantes que no puedo por menos que hablar de ellas. Para mi seguramente fue uno de los días emocionalmente más fuertes de mi vida, lleno de una responsabilidad colosal y en contacto directo con nuestra historia. Jamás olvidaré este día.

Dmitri Anatólievich, muchísimas gracias por su entrevista. ¡Feliz Día de la Victoria!

Muchas gracias. Le deseo muchos éxitos a usted y felicito a todos nuestros veteranos con motivo de la fiesta, felicito a todo el país porque en Rusia esta fiesta se considera absolutamente popular.

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