La cara más fresca de la moda rusa

La colección otoño-invierno 2010/2011 de la diseñadoraDasha Gauser, en la SMR

La colección otoño-invierno 2010/2011 de la diseñadoraDasha Gauser, en la SMR

La Semana de la Moda Rusa (SMR), realizada en la primera semana de abril, ya pesa como una de las 10 Semanas de la Moda más importantes del mundo.

Aunque difícil de creer, en Rusia no hubo ninguna gala relacionada con el mundo de la moda hasta finales de la década de los 90.

Ahora, casi imperceptiblemente, han empezado a surgir discretamente, aquí y allí, pequeñas “islas” de moda rusa.

“Hay muchos diseñadores con talento en Rusia, pero este negocio aun no es suficientemente rentable,” señaló el director de la SMR, Alexander Shumsky. Con la demanda del consumidor repuntando tras la crisis financiera, Shumsky está convencido de que ha llegado el momento “de invertir el dinero en el desarrollo de marcas rusas interesantes.”

En la edición de este año de la SMR, se han destacado cinco colecciones entre los nuevos diseñadores.

El diseñador Dmitri Kazantsev aún no se ha ganado el estatus de estrella ni la fama en la pasarela, pero sus suéteres tejidos a mano, túnicas voluminosas y sensuales vestidos del más fino cachemire, ya son conocidos por los fans de Denis Simachev y CHAPURIN, dos de los pesos pesados de la industria rusa de la moda. Durante algunos años, Dmitri trabajó con el punto para esas marcas. El año pasado, debutó bajo su propio nombre, D. Kazantsev. Sus diseños combinan la elegancia clásica con detalles actuales (mangas fuera de lo común, asimetría y cuellos anchos) y colores muy ricos.

“I am” es una nueva marca rusa cuyas colecciones son concebidas por Daria Samkovich y Victoria Samoilova. Sus prendas son lacónicas, las formas limpias y los colores sobrios. Describen su estilo como “elegante e informal.” Por principio, no trabajan ni con gasas ni con satén.

“Nos sentimos atraídas por todos los géneros de punto y todos los tejidos sintéticos de nueva generación, por ejemplo, un tejido de algodón con apariencia vaporosa o lino con seda”.

Dasha Gauser creó su primera colección de vestidos para mujer en 2006, previendo su triunfante retorno al guardarropa de la mujer actual. Subió fotografías de sus diseños para chicas con lazos y fruncidos en su página de Livejournal. Así ganó a sus primeros fans y clientes. Dos años después abrió su primera boutique exclusiva. Hoy en día Dasha está creando formas más complejas, sus prendas tienen un corte arquitectónico con numerosos pliegues, cruces y capas de tejido. Prefiere la seda, la lana, el lino y el algodón.

Rogue es un joven y audaz dueto que irrumpió en escena en 2008: Nikita Severinov y Alexander Fereferov. Su primera colección conjunta se inspiró en la estética de los años 20. Su segundo tema fueron los 80. “Recogimos las impresiones de nuestra familia y amigos sobre los 80. Creamos una colección basada en el espíritu de esa época.” Los 80, según Rogue rebosan sexualidad, ironía, soluciones constructivas y tejidos suizos semipreciosos.

La joven y experimentada diseñadora Anna Miminoshvili dejó claro que era alguien en quien había que fijarse cuando todavía era estudiante en el Instituto Textil de Moscú.

Su colección “Fight Club” de 2004 llamó la atención de los jueces de los concursos Russian Silouette y Admiralty Spire por sus cortes complejos, formas dinámicas y su magnífico trabajo. Anna recibió un premio especial del Instituto de moda de París, Es Mode, gracias a esta colección. Su estilo es fácilmente reconocible: habitualmente usa materiales insospechados en sus colecciones -cristal veneciano vertido o acero forjado a mano con la forma de pétalos de lila. Todas sus colecciones se distinguen por sus complejas formas.



ALCANZAR LA MADUREZ
Alexander Shumsky, productor

La moda rusa ha dejado de ser cosa de aficionados.Se puede decir que la moda rusa empezó a desarrollarse seriamente a partir del año 2000. Anteriormente las colecciones se creaban por el mero espectáculo, para reunir a los admiradores y pasar un buen rato. Hoy en día, invitamos a los desfiles a potenciales inversores dispuestos a poner su dinero en moda. Pero sigue siendo difícil.
A veces los diseñadores piensan que el inversor es un sponsor que debe prestarles dinero, simplemente, mientras el artista sigue con sus creaciones, sin dar ningún rendimiento. Actualmente, 
se entiende que se puede compaginar el arte y el negocio.
Creo que en tres años se venderán las creaciones rusas en todo el país. En Rusia hay muchos diseñadores con talento y es probable que en el futuro próximo Moscú, promueva nombres nuevos en el mercado internacional.

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