Hill tiene los pies en la tierra. Vive en San Petersburgo en la casa de Tolstov (un famoso edificio de renta de principios del siglo XX) sobre la costanera Fontanka, pasea su perro y actúa con su hijo en el grupo de rock “Prepinaki”. Le quita el polvo a sus medallas de artista emérito y artista popular y ahora empieza poco a poco a buscar un agente. La melodía de “Estoy feliz porque por fin regreso a casa”, tan pegajosa, fue compuesta por Arkadi Ostrovski poco antes de su muerte. La interpretaban Valeri Obolzinski y Ianosh Koosh, incluso el famoso Muslím Magomáiev la cantó en el popularisimo programa Fuego azul.
Sólo Eduard Hill logró transmitir toda la inagotable alegría del regreso a casa. Ya en tiempos de la primera ola de popularidad de esta composición, en la década de los 70, los espectadores estaban cautivados por esta canción sin palabras tan atípica para la escena soviética. Quiso el destino que la exitosa pieza no tuviese texto. En la primera versión, sin embargo, la canción tenía incluso un texto guionado. Se refería a un audaz caminante que cabalga por los prados en busca de su chica, que lo espera a miles de kilómetros y que teje calcetines para su amado. Los censores consideraron evidente que el texto era claramente antisoviético y la letra fue prohibida. La popularidad del clip fue generada por “Trolls” (un provocador en la Red que procura generar escandalosas reacciones en su entorno), que aparentemente es a lo que apuntó Hill. Y, por supuesto, la insólita mímica y la gesticulación del cantante.
El clip de “Mr.Trololó” fue subido a YouTube a mediados de febrero. En menos de un mes reunió más de dos millones de visitas (si sumamos todas las versiones), decenas de video-parodias y obtuvo más de 16.000 admiradores en Facebook. Sus seguidores europeos y norteamericanos suscribieron una petición, ya firmada por más de mil fans, en la que le ruegan a Hill iniciar de inmediato una gira mundial. Algunos estarían muy contentos de ver a Mr.Trololó en “Eurovisión”. No se quedan atrás los emprendedores cazadores de marcas. Ya han lanzado un souvenir con Mr.Trololó y lo venden a través de Internet o en sitios homónimos, aunque también ingresan ganancias con los banners.
El propio Eduard Hill supo de su popularidad el pasado 9 de marzo, cuando lo llamó un redactor de LifeNews.Ru. El cantante se sorprendió agradablemente pero la escala de la calamidad, es decir, de la popularidad, todavía no ha sido asumida. Hill respondió con mucha modestia y reserva a las preguntas de “Corresponsal Privado”, en un reportaje sobre el fenómeno de “Mr.Trololó”.
- Señor Hill, ahora que le ha llegado su segunda popularidad, ¿cómo la evalúa?
- No puedo decir que mal. Todo lo contrario… ¿Cómo se la puede evaluar? Con un firme cuatro en una escala de cinco [en el sistema educativo ruso, las calificaciones van del 1 al 5].
- ¿Cómo asume su nueva ola de fama?
- Con mucha tranquilidad. Siempre la he asumido así. En realidad, siempre supe verme desde fuera. Ahora eres popular y mañana se olvidan de ti. Ya no tengo quince años.
- Para los actuales músicos los caminos al escenario no son los mismos que los que tenían los músicos de su tiempo. Internet hace milagros. Su canción obtuvo una segunda juventud. Hay una serie de músicos que se hicieron populares gracias a la Red mundial. ¿No será demasiado fácil?
- Pienso que todo es simplemente un asunto tecnológico. De cualquier forma, al espectador no lo engañan y para obtener el reconocimiento hay que poner toda el alma y la profesionalidad. El artista debe ser honesto ante el público y eso es mucho.
- Piotr Nalich va a cantar en el festival de “Eurovisión” este año gracias a su popularidad lograda gracias a Internet. ¿Qué sabe usted de Piotr?
- Sí, conozco algo de este muchacho. Sólo cabe alegrarse. Cuando yo empecé en esto ni se soñaba con un ascenso semejante. Por ello, a Piotr le deseo éxitos y un fantástico repertorio; lo primero asegura lo segundo y viceversa. Es importante que el artista lo tenga en cuenta. Muchos artistas jóvenes no seleccionan el repertorio y esto es absolutamente erróneo. Yo me formé con autores como Dunaievski, Soloviov-Sedoi, Ostrovski o Andréi Petrov, y una gran cantidad de compositores profesionales. Pasa el tiempo, mucho tiempo, y estas canciones vuelven a estar de moda. Estoy orgulloso de que estos autores hayan recibido la segunda juventud e incluso el reconocimiento internacional después de tanto tiempo. Es muy agradable.
- ¿Ya recibió usted propuestas para reanudar la actividad en conciertos?
- Estoy buscando un buen representante. Pienso que no estaría de más volver otra vez a los escenarios.
- ¿Y si le proponen ir al festival de “Eurovisión”?
- Sobre esto nada puedo decir. Aunque todavía puedo mover algunas montañas. Pienso que junto con mi hijo y mi nieto Eduard Segundo podríamos armar un buen programa.
- Jóvenes músicos y usted: ¿hay competencia?
- No, para nada. Ellos tienen su círculo y yo tengo el mío. Yo puedo sumar, más que restar. Las condiciones en las que surgieron los artistas soviéticos y las actuales, son el día y la noche. Para nosotros, todo, desde el traje de concierto hasta el momento de la grabación, era una historia entera, cada paso era un avance más. Ahora todo es bastante más fácil: llegas al estudio, pagas y grabas. Además puedes no significar nada desde el punto de vista creativo y también puedes ser brillante.
- ¿Este acceso fácil a la popularidad es malo o bueno?
- En partes iguales. Está bien y está mal. Pero reitero: el público al que se le puede engañar no vale nada. Como siempre triunfan los que tienen talento y la interpretación de obras hermosas.
- ¿No es extraño que gente que nació bastante después de cuando nacieron las piezas que usted interpretó, ahora se hayan interesado tanto por su obra?
- No me asombra porque esta es una canción profesional. Está compuesta bajo la fuerte influencia de arias de Fígaro. Y su ánimo es muy parecido. Yo canté mucho clásico y Arkadi Ostrovski compuso especialmente esta pieza para mí.
- ¿Puede contarnos un poco de la censura que se impuso sobre esta pieza entonces?
- Jack cabalga en su caballo por los prados hasta su Mary. Ella vive en Kentucky, lo extraña mucho y le teje medias. La censura soviética no podía dejar pasar esta pieza. Probamos distintas variantes pero todas fueron tachadas. Entonces se resolvió componer la canción sin palabras. Aunque de todos modos se entendía: el camino, el presentimiento del encuentro con la amada. Tales temas siempre son actuales. Mire cuánto tiempo pasó y la gente sigue queriéndola. Además yo creo en que el pensamiento y la palabra son materiales. Lo que por entonces parecía imposible, ahora es perfectamente real.
- ¿No le parece que la estética de finales de los 70 de nuevo se pone de moda? ¿Con qué puede estar esto vinculado?
- Esta estética es bastante más vieja. El antiguo Egipto ya estaba saturado con estos colores y estas melodías, aunque fuera algo lejano. Y lo adoptaron de gente todavía más antigua. La cultura y la estética se transmiten en el nivel genético. Es imposible detener el pensamiento humano, pero él parte del pasado para tender hacia el futuro.
- Señor Hill, ¿qué significa la voz para el cantante?
- Es un instrumento que hay que conservar. Así como el violinista cuida su violín, con la misma delicadeza debe el cantante cuidar su instrumento. Si un joven vocalista no cuida su voz, la voz se marchará.
- ¿Es posible una situación en la que usted pueda vender o entregar su voz, por algo?
- No creo en historias con fuerzas ocultas e intento apartarme de ellas. Todo lo creado lo ha sido por Dios. La tentación acecha por todas partes y esto es muy serio. Danko (personaje mitológico ruso) se sacó el corazón del pecho para ofrendarle a la gente el fuego y esto es un serio sacrificio. Sacrificio para la eternidad. En un sentido cotidiano no hay nada por lo que valga la pena venderse.
- Pero la sirenita (de la misma leyenda) ofrendó su voz por amor. ¿Son sacrificios equivalentes?
- Cada uno tiene sus héroes. Cada persona es un mundo. Pero el sacrificio de Danko es global.
- ¿Quiénes son sus héroes?
- Shubert, Mozart, Bach, Chaikovski, Glinka, Musorgski. Esta gente murió hace tiempo pero su música genera amor, justifica la vida, da fuerzas. A mí me transmite emociones increíbles, me recarga, me alimenta con ideas. Cuando algo se hace difícil pongo mi música preferida y de nuevo me levanto, ya que es el mejor médico. La música quizá sea mi heroína predilecta.
Reportaje de Sonia Ianson
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