Atentados en el subte de Moscú: “El rastro del Cáucaso”

La gente viene para honrar la memoria de las víctimas.

La gente viene para honrar la memoria de las víctimas.

Representantes del Comité de investigación de la Fiscalía (CIF) y del Servicio Federal de Seguridad (SFS) informaron ayer que las explosiones en el “metró” de Moscú presentan una clara y evidente firma caucasiana y están vinculadas con una de las operaciones especiales realizadas recientemente en la Circunscripción del Cáucaso del Norte.
Por los restos de las shajidas inmoladas los investigadores determinaron su fisonomía. Ambas terroristas a primera vista tenían entre 20 y 25 años de edad, de rasgos caucasianos, vestían ropas oscuras y cubrían su cabeza con pañuelos del mismo color.

No se encontraron documentos en los fragmentos de su ropa pero sin embargo una conservaba un billete para un viaje en subte, por el que se determinó que fueron utilizados para el ingreso a la estación “Iugo-Západnaia”, de la misma línea “Sokólniki”, en cuyas estaciones “Lubianka” y “Park Kulturi” se produjeron los atentados. Tras analizar las grabaciones de video efectuadas por las cámaras en los vagones, los investigadores determinaron que ambas terroristas subieron a ellos en esa estación. Las grabaciones de “Iugo-Západnaia” evidenciaron que descendieron a esa estación junto con otras dos mujeres y un hombre.

Es posible que él o sus acompañantes fueran los operadores de las terroristas. Es difícil suponer que las mujeres se “explotaron” en distinto tiempo y en distintos lugares pero por un esquema similar. Uno de los investigadores inclusive expresó la suposición de que la segunda “bomba viva” fue enviada tras la primera para que hiciera explosión en el lugar del primer atentado ya cometido, cuando deberían ya estar trabajando allí los rescatistas y el grupo operativo de investigadores.

Este método conocido como de doble explosión es tradicional para el cometido de atentados en el Cáucaso del Norte. En esta oportunidad los organizadores de las explosiones pudieron fallar por el desconocimiento de los principios de organización del movimiento del “metró”. No tomaron en cuenta que en caso de cualquier emergencia los convoyes se detienen en el tramo más cercano y los pasajeros son evacuados.

El rastro caucasiano

Los investigadores de los atentados informaron que todas las evidencias de los mismos presentan un modus operandi caucasiano claramente evidenciado y están vinculados con una de las operaciones especiales que recientemente se llevaron a cabo en la Circunscripción del Cáucaso del Norte.

La última de estas sonadas operaciones fue el extermino en Nálchik (capital de la república caucasiana de Kabardino-Balkaria, federada a Rusia) de Anzor Astemírov, líder de los terroristas en esa república y en la vecina Karacháievo-Cherkessia, y juez shariat principal del ilegal “Imarat del Cáucaso”.

Un poco antes de esto, los agentes del centro especial del SFS se distinguieron en el poblado ingushetio de Ekazhevo, donde en el curso de una operación que se cumplió entre el 2 y el 3 de marzo pasado fue liquidado el supuesto organizador del atentado explosivo contra el tren “Expreso del Nieva” a finales de noviembre de 2009, Alexandr Tijomírov. Con el seudónimo de Said Buriatski, este fue considerado como uno de los principales ideólogos islamistas en la región. Tijomírov era buscado por su participación en la organización de nueve atentados y el ataque a miembros de los órganos de seguridad cometidos con la utilización de suicidas, incluyendo el atentado contra el presidente de Ingushetia Iunis-bek Evkurov y el sabotaje explosivo en el edificio de la regional del Ministerio del Interior en Nazrán, capital de Ingushetia, en 2009.

Según materiales del diario “Kommersant-Daily”

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