Después de que el G5+ 1, compuesto por los cinco miembros del Consejo de Seguridad y Alemania, establecieran un acuerdo acerca del programa nuclear de Irán, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, declaró que Barack Obama le había prometido que los EE UU iban a abandonar el plan. La respuesta estadounidenses ha sido que no hay vínculos entre ambos asuntos.
Un día después del acuerdo, una fuente del Departamento de Estado declaró a la agencia rusa Sputnik que "la resolución del problema nuclear no termina con la necesidad de un sistema de defensa de misiles para contrarrestar una amenaza misilísitica por parte de Irán". Según Washington, el país persa cuenta con el mayor arsenal de misiles balísticos de Oriente Próximo, y apunta que las sanciones impuestas por la ONU en relación al programa de misiles balísticos seguirá durante ocho años más.
El embajador de EE UU en Polonia, Stephen Mull, repitió estos argumentos y dijo que el acuerdo no afecta a los planes estadounidenses para construir una base del escudo en el país eslavo. Alexander Grushko, enviado de Rusia a la OTAN, se mostró sorprendido "por la manera en la que Washington renunciaba a anteriores acercamientos".
El experto militar Viktor Murajovski delcaró a RBTH que no era difícil ver el engaño en estas afirmaciones estadounidenses. Por una parte, el acuerdo hace referencia al programa nuclear iraní y no al programa de misiles balísticos, pero el primero solo representa un problema si existe la capacidad de contar con cabezas nucleares. "Los estadounidenses unen los dos programas, pero no tiene demasiado sentido construir unas instalaciones tan costosas para contar con armas convencionales", declaró Murajovski.
Además, tampoco parece que estén muy justificadas las declaraciones acerca de la amenaza de los misiles iraníes. Aunque Teherán trata de desarrollar este programa no hay conseguido éxitos significativos.
El mayor logro hasta ahora ha sido la creación de un misil a través de tecnología obtenida en Corea del Norte y basado en el modelo soviético R-17, con un alcance de 2.000 km. Para que las instalaciones que EE UU planea colocar en Europa sean efectivas, Teherán debería desarrollar misiles con el doble de alcance y por ahora no hay manera de que esto sea posible. "Corea del Norte carece de esta tecnología, mientras que Rusia, al igual que los EE UU, cumple los acuerdos para prevenir la proliferación de estas armas", afirma el experto.
Por su parte, Alexander Khramchikhin, del Instituto de Análisis Político y Militar, explica que desde un punto de vista exclusivamente formal los argumentos de los EE UU son correctos. "Los acuerdos hacen referencia a los misiles balísticos", declaró a RBTH. Aunque al mismo tiempo no cree que Irán sea una amenaza para los EE UU y que sus misiles no tienen capacidad como para llegar a Europa.
"En teoría podrían obtenerlo en el futuro, pero ¿para qué?". El experto considera que es improbable que fueran a atacar a Europa y cree que la amenaza está exagerada.
Los expertos rusos consultados consideran que este interceptor de misiles en Europa no se dirige contra Irán, sino contra otros países, sobre todo Rusia.
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