Continente lleno de oportunidades, ¿puede Rusia competir con China en África?

Hombre en bicicleta pasa frente a un cartel de la cumbre China-África celebrada en Pekín en 2006.

Hombre en bicicleta pasa frente a un cartel de la cumbre China-África celebrada en Pekín en 2006.

AP
Las compañías asiáticas tienen una presencia destacada en el continente africano, sin embargo empresas rusas comienzan a tener más presencia, sobre todo en el ámbito de la minería, la generación de energía, el petróleo y el gas.

Rusia incrementará su cooperación con los países africanos, declaró Guergui Kalamánov, viceministro de Industria y Comercio en el foro de negocios ruso-africanos celebrado la semana pasada en Ekaterimburgo, en un encuentro celebrado al margen de Innoprom-2015,  la feria de innovación más importante del país.

“El comercio con los países africanos crece de manera constante. El 2014 hubo una subida del 17%, hasta llegar a los 12.500 millones de dólares. Aunque hay todavía un gran potencial para seguir aumentando la colaboración”, dijo el político.

La URSS en África

Con la llegada de Nikita Jruschov al poder en 1953 se impulsaron las relaciones con el continente. El primer gran contrato de venta de armamento se firmó con Egipto en 1955, durante la época de Nasser en el país árabe. La URSS contribuyó en la lucha contra el colonialismo y a favor de la independencia de numerosos países. Cuando cayó la URSS en 1991 había más de 50.000 africanos que habían estudiado en universidades e institutos militares soviéticos. En la década posterior la cooperación se redujo notablemente.

Por su parte, los delegados africanos declararon que hasta ahora la cooperación con Rusia es más bien local y es China quien muestra más interés en el continente.

Joaquim Augusto de Lemos, embajador de Angola, recordó que los mayores socios de su país son Portugal, China, Brasil y Sudáfrica, mientras que los “lazos comerciales con Rusia no son tan fuertes”. El diplomático añadió que Angola cuenta con grandes reservas de diamantes y petróleo.

Por su parte, Ndali-Che Kamati, embajador de Namibia, cree que los inversores rusos tienen que adoptar una visión más a largo plazo en África y que es inocente esperar resultados inmediatos. “Los negocios rusos tienen que cambiar su manera de pensar. Algunos empresarios rusos quieren hacer miles de millones rápidamente, y no simplemente millones” declaró.

Actualmente hay compañías chinas trabajando activamente en África, aunque tal y como explicó Yekaterina Dyachenko, de la compañía B2B-Export, que entre otras cosas promueve la exportación de productos a los países africanos, eso no supone un problema.

Proyectos rusos en África

A principios de este año RT Global Resources, subsidiaria de Rostec, ganó una licitación por 3.000 millones de dólares para construir una refinería de petróleo en Uganda. El año pasado Rusia lanzó el sistema de satélites Project Condor junto con Sudáfrica, socio de los BRICS, según una filtración publicada por Al Jazeera. Denís Manturov, ministro de Industria y Finanzas, anunció en septiembre de 2014 un proyecto para desarrollar la mayor mina de platino de Zimbaue. Egipto ha mostrado interés en la compra de armas y en poner en marcha una central nuclear.

“No altera nuestras relaciones con China entrar en mercados y continentes en los que ellos ya están presentes”, afirmó. La llegada de compañías rusas aumentará la competencia en los mercados locales y como consecuencia, bajarán los precios.

Oportunidades para Rusia

Uno de los principales problemas de la industria africana es la generación y distribución de energía, lo que abre un campo de grandes oportunidades para Rusia.

“En Kenia solo el 25% de la población tiene acceso a la electricidad. Y hace diez años era la mitad”, explicó Gachao Kyuna, miembro de la comisión de inversiones en Kenia. Añadió que el país tiene planes para multiplicar por dos la producción de electricidad en los próximos cinco años.

Ndali-Che Kamati subrayó que Namibia necesita inversiones para poder desarrollar infraestructura energética. “Necesitamos que las compañías rusas participen, a través de joint ventures o mediante inversión directa, en la construcción de centrales eléctricas, bien sean termoeléctricas, de gas o incluso nucleares”. También señaló que necesitan inversores para desarrollar las reservas de gas y petróleo que se encuentran a cierta distancia del litoral.

Los delegados africanos hablaron de la necesidad de establecer nuevas empresas en el ámbito de la minería, la agricultura y la industria. “Angola quiere construir gran cantidad de infraestructuras: carreteras, centrales hidroeléctricas, edificios, aeropuertos”; declaró Lemos. Al mismo tiempo, es un país que importa gran cantidad de bienes de consumo y tiene que promover la producción propia, algo en lo que las compañías rusas podrían mostrar iniciativa.

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